La Era Dimash (oficial)

Esta página se dedica a difundir la música, arte y cultura de Dimash Qudaibergen, el objetivo es que el mundo entero disfrute y comparta , no sólo su música, sino también su ejemplo de vida, valores y su integridad como ser humano.

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lunes, 9 de agosto de 2021

Demanda de Amor (Tercera y Última Parte) - JUICIO DE VALOR - Por Carlos Rivadeneira y Malena Fragoso.

 Juicio de Valor




 

1

 

¿Qué razones legales e incluso racionales tengo para tener en cuenta esta “demanda de amor”?

Me presento. Mi nombre es Heriberto Arrúa, me desempeño como juez en primera instancia y en plena función de mis ejercicios me encuentro en una disyuntiva mayúscula, carente de comprensión jurídica que me sitúa en un aprieto sin precedentes.

Tengo 63 años de edad, cuarenta de ellos casado, dos hermosas hijas y cuatro nietos, un varón y tres nenas, que nos visitan a mi mujer y a mí con una cierta frecuencia.

Mi familia matizó mi vida con la felicidad que todo hombre necesita, en ellos se encuentra la motivación que impulsó mi vida.

En ellos y en el esfuerzo que le brindé a mi carrera y en los años que invertí en granjearme una posición acomodada y sin necesidades materiales.

Dos bienes irreemplazables.

Mis energías y mi tiempo.

Por ello me conduje con la celeridad necesaria en cada caso que llegó a mis manos desde mi juventud hasta la actualidad y por ello me siento contrariado con éste en particular.

Además, ¿Qué demonios hace una demanda por amor en mi escritorio? ¡Dios! ya siento los coletazos de la migraña, ¿será por la úlcera en mi estómago? o podría ser por mi condición hipertensa, ¿quizá por mi cervical?, da igual…

 

Sonó el teléfono y detrás una voz que rugía.

- ¡Violeta! – la secretaria aceleró el paso, pero se asomó con temor por la puerta - necesito urgente un café… ¡no se retire, por favor Violeta! que sea bien cargado… ¡aguarde un momento Violeta! ¡Présteme atención! olvídese de mi diabetes y en lugar de esa sacarina venenosa tráigame bastante azúcar, y por favor Violeta… ¡tan pronto como le sea posible!

 

Continúo.

Veamos que tenemos por aquí... ¡cuánto material! La doctora Fragoso me envió una gran cantidad de pruebas incluida una peculiar carpeta con el título “El Dimash Affaire” ...

Por cierto, he ahí el nombre del acusado: Dimash Kudaibergen.

Varias fotos me dan un pantallazo sobre su fisonomía.

Bien... bien... luce muy joven, 18 o 20 años a lo sumo, aunque tratándose de una persona oriental (supongo) no sería extraño que fuese algo mayor.

¿Chino? ¿Coreano? 

Ahh perdón...

Kazajo.

Aktobé, Kazajstán, 24 de Mayo de 1994.

¡27 años! Lo dicho, esta gente se mantiene muy bien. Atractivo, por cierto, elegante y exótico, pero atractivo.

Disculpen, ¡Si Violeta, adelante!

- Aquí tiene su café, señor Arrúa, café cargadito y con algo de azúcar extra -la secretaria apoyó con cuidado el pocillo y no pudo evitar posar sus ojos en unas fotografías sobre el escritorio -

En realidad, la seducción provenía no de las fotos sino del protagonista de ellas.

- Que interesante... - dijo en voz alta - realmente interesante...

A sus oídos llegaron en dos oportunidades la pronunciación de su nombre como un eco distante, pero el tercer “¡VIOLETA!” le borró de un plumazo la sonrisa tímida y el ensueño.

- ¡Disculpe señor! Estaba... distraída...

- La comprendo Violeta, créame que la comprendo... - el juez tomó algunas fotos entre sus manos y se las extendió- dígame Violeta, ¿¿quiere que se lo envuelva para regalo??

Violeta rechazó la oferta porque, aunque tentadora, la mirada de Gorgona de su jefe amenazaba petrificarla en el lugar si aceptaba llevarse un retrato de ese atractivo joven.

Por si acaso, se retiró sin volver la vista atrás.

 

¡Así que esas tenemos muchachito! Lograste captar la atención de Violeta ¡nada menos! Hmm... Aguárdenme un minuto...

 

- Violeta, si otra vez yo, pero no se entusiasme…  no es a usted a quien necesito, dígale a Mariana de ordenanza que venga a mi oficina por favor.

 

Vamos a comprobar algo...

 

Al poco tiempo Mariana ingresó al despacho, y de manera conveniente, Arrúa acomodó las fotos sobre el escritorio y a un lado viejos papeles que desechó a propósito.

- ¿Cómo estas Mariana? Necesitaría que retires esos papeles por favor, estoy con mucho material y temo que se confundan con otros de vital importancia.

Él se dedicó a separar las pruebas de los diferentes sobres y carpetas sin dejar de observar de soslayo la actividad de la joven y ella luego de meter el deshecho en una bolsa plástica, tomó una franela de su bolsillo y comenzó a repasar un escritorio que no necesitaba una limpieza extra. Parecía dispuesta a deslizar el paño por todos los vértices para disfrutar de un paneo desde diferentes perspectivas de las bondades del demandado.     

Pero la experimentación llegaba su fin.

- ¿Sabes que Mariana? Tengo que felicitarte. Porque este escritorio lo dejaste impecable por la mañana y ahora da la sensación ¡de que pretendes dejarlo como un espejo! Y como ya tengo uno en el baño y supongo que tu tiempo es limitado como el mío, no quisiera que lo malgastes aquí. No quiero retenerte, podes retirarte.

- Si señor... yo... Cualquier cosa que necesite me avisa...

- Hoy no creo Marianita, andá nomás...

 

Permítanme que tome nota: “Fuerte influencia del demandado en base a su imagen, podría ocurrir que ejerciese un magnetismo considerable sobre el sexo opuesto”

Pues bien, jovencito, ya no me resulta usted tan inocente, tengo mis dudas, ¡mis serias dudas! Me recuerda a la fascinación que le provocaban las sirenas con su canto a los marineros.

Bueno... al fin y al cabo él es cantante ¿verdad?

Pasemos a esa cuestión. La doctora Maria Elena me recomienda utilizar auriculares y así lo haré. Son varios los enlaces, pero hay uno remarcado con énfasis: “presentación en el concurso de canto “The Singer”, llevado a cabo en China en el año 2017. Dimash canta “S.O.S.”, ¡la mejor voz del mundo!”

¡Si claro! ¡Y yo soy el “Juez Dredd”!

 Además, si lo demandan, tan bueno no puede ser... Se me ocurre una larga lista de “artistas” a demandar con esa prerrogativa, pero no vienen al caso...

Muy bien. Play. A ver jovencito. Sorpréndame si quiere tener una chance...

 

2

 

- Permiso señor, sé que una ensalada no es lo que prefiere, pero su esposa fue inflexible con el menú y usted sabe como se pone si... - el cadete se detuvo - señor... ¿se encuentra bien? ¿Le ocurre algo?, ehh... ¿está llorando?...

El señor Arrúa no escuchó entrar a Gerardo, de hecho, no se percató de su presencia lo cual lo obligó a limpiarse las lágrimas de un manotazo, en un fallido intento de ocultar su emoción.

- ¿¿Qué dijo Gerardo??

- Decía que... si es que se encuentra bien, porque lo veo... (Pensó decir “llorando” pero dijo “mejor no”) algo indispuesto...

- La verdad es que... debo tener algún problema con mis lagrimales, producto, quizás de alguno de los varios remedios que me veo obligado a ingerir...

- Ya me parecía extraño verlo llorar...

- ¡No sea insolente joven! ¿¡Que lloraba dice!?¿Usted esta loco? Escuche, ¡mondadientes con patas!, le digo, ¡le aseguro!, que si usted divulga habladurías en ese tono no tendrá la oportunidad de trabajar ni en este ni en ningún otro juzgado mientras yo viva. ¿Fui lo suficientemente claro?...

- ¡Disculpe señor Arrúa!, yo... me expresé mal...

- ¡Pero claro que lo hizo! ¡Retírese y no me traiga nada, perdí el apetito! ¡Fuera!

Pálido como una hoja en blanco, se retiró Gerardo.

 

¿Pero que me ocurrió? Ustedes sabían algo para lo cual yo no estaba preparado ¿verdad?

¿Qué fue eso? Digo... que... ¿cómo expresarlo?... ¿¡que es lo que acabo de escuchar!?

Denme un momento, ¿el pañuelo? ¡Acá está! ¡Pero si hasta se me cayeron los mocos, demonios!

A ver: Heriberto, ¿qué es lo que te pasa?

Me tomó desprevenido, puede que me haya disparado alguna conexión emocional, eso es todo ¡je! ¡Claro que sí!

Tengo que... ¡debo!, escuchar otra canción.

Veamos... tantas para elegir... alguna no tan apasionada...

¿Qué tenemos aquí?... presentación en vivo del mismo año: “Concierto de Bastau”.

Okey. Probemos algo distinto. Vamos Heriberto, ¡no me afloje, carajo!

Play. “Daybreak” …                                                                  

 

- ¿Violeta? disculpe no, pero…  por casualidad… ¿usted no tiene pañuelos descartables?...

 

Esto no es normal. Para nada.

Y no me vengan con el palabrerío económico de: “Díganos Heriberto, ¿Qué es normal y que no lo es?”

Me refiero a normal en cuanto a cotidiano, a frecuente, a ordinario, ¡en cuanto a posible incluso! Pero lo de este muchacho supera mis expectativas, mis conocimientos y mi entendimiento. Estoy ante una faena extraordinaria y por lo tanto me predispongo a emplear métodos infrecuentes en mi labor para entender los motivos de la demanda, los cuales creo empiezan a tener un sentido tan profundo y sensible como inesperados.

Supongo que necesitaré adentrarme por completo en este mundo.

En SU mundo.

¿Por dónde empezar? Es indistinto, sospecho que cada canción debe ser igual de excelente que su predecesora.

¿Algún tipo de recomendación?

¡helloadagioyour loveel amor de los cisnesotoño tardiodaididaui miss you!

¡Esperen!

De a una porque no les entiendo nada… ¿Cuál?...

Puede ser… suena interesante, recuerden que todo esto es nuevo para mí.

Bien, Dimash.

Ahí vamos de nuevo.

Play. “Sinful Passion”.

 

 

 

3

 

Y ese día, el juez Heriberto Arrúa se sumó a las filas Dears sin darse cuenta, como prácticamente todos ellos.

El tiempo dejó de ser un condicionante, la impresión causada en cada nueva reproducción lo llevó a navegar por aguas cristalinas y a volar por cielos radiantes de una belleza sin igual. El tiempo y el espacio fueron sometidos al propósito de emociones adormecidas que despertaron en renovados sentimientos.

Una canción lo llevó a otra de la mano por experiencias que le cosquillearon en el estómago, como si de un amorío juvenil se tratase.

Se sentía enérgico y pensó: “¿por qué no utilizarlas en el momento adecuado?, ¿Por qué monopolizar las energías en función de estrictas responsabilidades y no emplearlas también en el regocijo del espíritu?” Llamó a la doctora María Elena y sostuvieron una charla entusiasmada, de hecho, ella hubo de contenerlo porque Heriberto atravesaba ese “primer amor” frente al arte de Dimash y se expresaba maravillado mediante una andanada de elogios.

Se comunicó con otros colegas y su énfasis causó estragos. Las opiniones tomaron diversas direcciones y matices, pero en algo coincidieron todos: en la perplejidad. Nadie estaba preparado para una versión del juez Arrúa tan apasionada y libre de estructuras.

Gran parte de lo que quedaba del día lo dedicó a la lectura de los testimonios y se sorprendió a sí mismo al escucharse rematar en voz alta algunas de las apreciaciones Dears recopiladas y desde la ubicación de su secretaria se le escuchó decir: “¡claro que sí!” o “¡estoy totalmente de acuerdo!”.

“¿Porque no efectivizar una demanda (por amor) que indicaba en los procesos judiciales un antes y un después?” pensó “¡si al fin y al cabo estamos ante un artista que desde su enorme talento plantea lo mismo en la historia de la música con su voz!”

“Debería Dimash comparecer ante una resolución judicial firme que le permita a cada Dear del mundo tener la posibilidad de verlo actuar en vivo mínimamente una vez en un término que no supere los dos (2) años entre recitales en cada sitio demandante. Será una tarea difícil, ¡pero no imposible! Haré cuanto pueda por llevar adelante este dictamen”.

También se permitió una cantidad de risotadas al leer el “Dimash Affaire” y supuso que, en varios pasajes, el señor Rivadeneira solo habría exagerado la nota. No creía que las Dears pudiesen ser tan vehementes…

 

Dicen que le vieron retirarse con una alegría inusual, que saludó a personas que jamás tuvo en cuenta, que por los pasillos se le oyó canturrear algo que decía: "¡we are, we are, we are... golden!”, que una sonrisa cómplice le suplantó el gesto adusto y que al pasar junto a Gerardo lo palmeó en el hombro y agregó: “disculpe por mi dura reacción. Y.… le agradezco por preocuparse, ¡continúe así!”. Todos coincidieron en que se encontraban frente a una versión alternativa y preferible del juez Heriberto Arrúa.

 

Y entrada la tarde, e instalado en su hogar, recibió la visita de su familia.

Su mujer les comentó a sus hijas el cambio en su marido, le veían contento y con un brillo especial en los ojos. Él observaba los rituales que anticipaban la velada familiar y desde su sillón preferido le pareció ver en esos mecanismos cotidianos la magia momentánea que se prolongaba como una extensión de los eventos ocurridos en su interior.

Porque su familia no “matizó” su vida con felicidad, sino que la impregnó de ella.

Porque en realidad, su tiempo y sus energías fueron bienes “funcionales”, los cuales debieron ser dosificados en el momento y la forma correcta con inteligencia y coherencia.

Y porque sobre otras cosas de grandísimo valor, la trilogía irremplazable de su existencia fueron su mujer, sus hijas y sus nietos.

El sonido de la vajilla, el entrechocar de botellas al depositarlas en el refrigerador, las ollas y los utensilios que resonaban en la cocina, el agua hirviendo, todo le sonaba a cadencia musical. Y las voces, las risas, las conversaciones y los susurros de chicos y grandes, le recordaban en ese contraste de vocablos, el misterio de tonos que encerraba la voz de Dimash.

 

Luciana, la más joven de sus nietas, se acercó preocupada al ver lágrimas en el rostro de su abuelo

- ¿Qué pasa abu? ¿No te sentís bien?

Heriberto le respondió con una sonrisa para tranquilizarla

- No amor, está todo bien. Vení, sentáte, - dio unos golpecitos en el asiento contiguo y suspiró acongojado - sentáte que te cuento…

 

 

 

Fin

 

 

 

Así concluye la saga denominada “Demanda de Amor”.

Gracias a “Malena” Fragoso por confiarme sus ideas y permitirme una total libertad creativa para realizar los relatos.

Y como siempre, gracias a ustedes por estar del otro lado.

¡Saludos Dears!

domingo, 11 de julio de 2021

Demanda de Amor II "El Dimash Affaire" - Por María Elena Fragoso y Carlos Rivadeneira

 

Segunda parte: “El Dimash Affaire”




Mi nombre es Lee Majors.

Las volutas de humo del cigarrillo que sostengo no hacen otra cosa que acrecentar las penumbras y la dificultosa definición del amoblado en la semioscuridad de la pocilga que me sirve de oficina. Ni mis años como investigador ni la amistad que me une a Malena Fragoso debieron suponer un compromiso, si hubiese sospechado las incidencias que me llevarían a decodificar una trama tan sombría e inesperada en el corazón del mundo Dear. Varios días de pesquisas fueron suficientes para: recabar toda la información solicitada, acceder al testimonio de cientos (por no decir miles) de implicadas y preparar un informe detallado y escrito bajo el nombre en clave de: “El Dimash Affaire”.

Lamento ser el heraldo de la revelación que me ha sido concedida, y lo lamento por Dimash, del cual me declaro un ferviente admirador, pero en esta oportunidad temo decir que las Dears, van por todo.

Y porque no confío ni en mi sombra es que estoy aquí, en este lugar recóndito y preparado para lo peor. Me parece oír pasos dubitativos (¡los aguardo rufianes, vengan por mí!) y ha de saberse que si este es mi destino final, también puedo asegurar ¡que no será solo el mío!

 

(Nota del editor: Querido lector hay muchas y muy grandes exageraciones en este primer párrafo:

No solo que no se llama “Lee Majors” (además de que esta muy, pero que muy, muy lejos de parecerse al actor estadounidense) sino que tampoco es detective.

Es Carlos Rivadeneira.

Ni tampoco está en juego la vida de nadie, simplemente esta juntando la evidencia que la doctora Fragoso le pidió en la primera parte de la “demanda de amor”- que supongo habrán leído-, y gracias a dedicar parte de su adolescencia a la lectura y el cine considerado “policial negro” y que tiene una imaginación muy activa es que se cree un investigador.

Y el nombre Lee Majors le gustó toda la vida por como suena. Sencillo.

Solo síganle la corriente y disfruten de la lectura, ¡pueden continuar!)

 

 

 

En las Entrañas del misterio

 

Hubo ciertos inconvenientes desde el inicio a causa de las diferentes locaciones de las potenciales testigos, en especial por lo distanciado que estaban unas de otras.

Muchas Dears = muchos países.

Utilicé el dinero que la doctora me facilitó a modo de adelanto por mis servicios para viajar hacia los casos allegados a mi decrépita oficina y en los que se encontraban radicados en el extranjero me dediqué a registrar las declaraciones, después de averiguar los números correspondientes, vía llamada telefónica e incluso mediante video conferencias. A continuación relataré algunas entrevistas que en un primer momento despertaron mi interés para luego llevarme hacia el estupor que despiertan las verdades ocultas. Por convicción propia he de mantener reservada la identidad de las distintas protagonistas, que serán reveladas únicamente para la evaluación del expediente completo y en manos de la abogada pertinente.

 

Testimonios

 

Dear 1: Ésta Dear radicada en Chile se expresaba con vehemencia y se sumó a la demanda casi sin pestañear. (¡Parecía que esperaba mi visita!)     

No conforme con su postura planteó exigencias a nivel “sudamericano” (mini giras regionales y cosas por el estilo) y celebró la idea de una demanda “colectiva”. El registro de la conversación por video mostraba una habitación y frente a una cama pude entrever el póster de un sugestivo y sonriente Dimash (que si supiera de los eventos que se desarrollaban, se borraría su sonrisa y no se vería tan confiado...)

Dear 2: Aquí la Dear se sorprendió con mi consulta (¡Wow!) y acto seguido declaró su acuerdo con la demanda. Y agregó una denuncia extra: ¿cual seria la figura delictiva ante un posible matrimonio de Dimash y la consabida devastación en el ánimo de la Dear? (“¡peligro!” pensé y me escabullí como un maestro ninja). Cuando la abandoné sin que se diera cuenta, aun se contradecía en voz alta al confesar que a lo mejor debiera perdonarlo, porque en rigor de la verdad... podría ser su madre.

Dear 3: Lo “ocurrente” de mi propuesta dio paso al frenesí que llevó a esta Dear de “demandante” a convertirse en “juez y jurado”. En un rapto de pasión desmedida idealizó un castigo: la sentencia seria efectiva (“¡marche preso!” según sus palabras) mas aun, en los limites de la demencia procesal, lo sentenciaría a cumplir condena bajo la estricta custodia... ¡de las propias Dears! (Antes de huir de aquel lugar. imaginé a Dimash con traje a rayas y custodiado por millones de guardia cárceles que con vinchas luminosas inspeccionaban la condena del convicto, celular en mano. Y entre lagrimas, obvio.)

Dear 4: La Dear me recibió y sostuvo su diálogo como si estuviese ensayando su reacción en un concierto de Dimash.

O sea, a los gritos.

_ ¡SIENTO LAS MISMAS EMOCIONES! ¡UN RECITAL EN LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES YA! (y para no perder tiempo evitó la redacción de la demanda y pasó directo al castigo) ¡QUE SE CUMPLA LA CONDENA!

Dear 5: Con este testimonio puse en tela de juicio a mi cordura.

La Dear quería adosar al expediente (y cito textual): “daño colateral por dominar a tantas personas a la vez” (¿¡poseía Dimash poderes supresores!?) y “sumergirlas en un estado paranoico” (¿acaso también pretendían acusarlo de hacedor de obsesiones? ¡Corre por tu vida Dimash!) Salí a toda prisa como si llevase la muerte en los talones y hasta que la perdí de vista, la Dear me corrió varias calles al grito de: ¡SERA JUSTICIA!

 

La adherencia a la causa fue masiva, muchas coincidían en respuestas y en una reacción en particular a mi indagatoria. Después de presentarme con mi credencial de La Era Dimash, me atendían con amabilidad pero al ser notificadas de la situación y transitar ese vaivén efervescente en el espíritu Dear, contestaban un escueto: “ME SUMO A LA DEMANDA” (en tono neutro) y procedían a cerrarme con menos delicadeza la puerta en la nariz como si yo fuese culpable del choque de trenes emocional que les provocaba Dimash.

Recuerdo una situación que me puso en los límites de la vida y la muerte.

 

Amanecer de una Noche Agitada

 

Viernes. Bien entrada la tarde. Calle mal iluminada. La dirección en el arrugado papel que extraje del bolsillo era poco legible pero me confirmó la ubicación en la fachada de la residencia que tenía en frente. De mis espaldas, en una esquina en diagonal, provenía el delicioso aroma desde un local sin comensales (a excepción de un enjambre de moscas) con una enorme parrilla al aire libre que llevaba por nombre “Parripollo: El Chancletazo”.

En la vivienda timbre no había. Aplaudí primero con timidez y luego con violencia en parte para defenderme de los mosquitos sedientos de mi sangre, pero ningún movimiento me dio la bienvenida. La verja que separaba al terreno de la acera era baja y creí ver a la distancia, en la entrada de la casa, el timbre ladino que todo el tiempo se estuvo ocultando de mí. La puerta de rejas no ofreció resistencia e ingresé en el patio, camino a la entrada principal, rodeado por las sombras.

No sabía cuan verdadera y siniestra era esa metáfora de las oscuridades.

No fue uno, sino varios los gruñidos que me recibieron y en el momento que la notificación de MTV declaró el inicio de la competencia desde mi celular a todo volumen, empezó la cacería.

Siempre fui consciente de la importancia de una vida saludable, y agradezco ejercitarme con frecuencia, pero ese día batí todos los récords y me sorprendí  con habilidades desconocidas en mi persona.

A la reja que me impedía llegar a la calle la atravesé con un salto limpio, creo que ni apoyé las manos. El problema fue que los perros (entrenados por su dueña para espantar visitas en horario del “Request Dimash”) también hicieron lo propio y me perseguían como si llevase en mi cuerpo una apetitosa remera que decía “¡Arashi sos lo más grande que hay!” o “¡SB19 te quiero con mi vida!”. Crucé sin mirar, mis aullidos eran más horrendos que los de la jauría feroz a mi retaguardia y con el impulso endemoniado de mi huída pegué un salto ornamental para encaramarme a un árbol.

Un vecino se preguntaba: “¿Dónde dejó la garrocha?” al tiempo que yo me abrazaba del tronco como un marinero a una balsa en un naufragio. Con habilidad felina trepaba inspirado en la fortaleza del puma y en un arrebato juvenil abandoné mi veteranía por culpa de la desgracia que manchaba mi orgullo y mi vestimenta. A pesar de la vergüenza, revelo que dejé escapar el gimoteo de un niño y ascendí con los pañales tan sucios como los de un bebé. Escalé hasta una rama alta que se arqueó con mi peso hacia un edificio que me resultaba familiar y temí lo peor...

El parripollo el “chancletazo”.

Su asador incandescente se ofrecía a cobijarme al calor de las brasas con la culinaria intención de cocinarme el alma y las ancas, y para no engrosar mi desdicha me aferré con tal ímpetu que mis huellas quedaron grabadas en el cuerpo del árbol.

Y en esa posición, oculto en el follaje, esperé tres horas.

Para cuando bajé de mi escondite, (medio crocante debo señalar) si es que permanecía algún perro en las cercanías, debió huir despavorido de mi presencia maloliente. Me aproximé cuanto pude a la casa de la Dear, (hasta cierta distancia de la reja) que reclinada en una reposera se masajeaba las manos en un cuenco con agua helada y tras una breve conversación aceptó sumarse a la demanda.

Por razones obvias regresé a pie hasta mi oficina.

Una confesión: desde aquella noche decidí extremar las prevenciones para mi protección física, y por cierto, no he vuelto a ser el mismo.

Ni mi ropa interior tampoco.

 

Triste, Solitario y Final

 

En tus manos, Malena, se encuentra la absoluta veracidad de los claros propósitos de las Dears. La demanda cuenta con un apoyo denodado (¡temible incluso!) sin precedentes, tanto así, que supongo creará un verdadero caos en lo jurisprudencial. Aguardo recluido en mí guarida a la espera de algún ataque sorpresivo y definitivo (¡disparen cretinos! ¡Yo ya estoy muerto!) E imploro te resguardes en tu buen criterio para que nadie, excepto el juez, tenga acceso a este informe por el cual lo he dado casi todo...

 

..........

  

A ese principio de economía procesal (inicio de la demanda, presentación de testimonios, datos de los posibles testigos, prueba documental, etc.) la doctora Maria Elena Fragoso agregó el informe enviado por Carlos como una “ampliación de prueba documental” para ser presentado cuanto antes, de manera que el juez lo tuviera en su poder y en base a ello analizara todo el conjunto. Después de llamar a su secretaria para que enviara el paquete al juzgado, se sacó los lentes, se acomodó en la silla y reflexionó intranquila sobre lo que acababa de iniciar.

 

La demanda de amor, era un hecho.

 

 Fin de la segunda parte

 

 Gracias a los Beatles por su “A Hard Day’s Night” (anochecer de un día agitado), a Raymond Chandler por sus novelas policiales, a Osvaldo Soriano por su “Triste, Solitario y Final”, a Malena Fragoso por confiar una vez más en mis desvaríos y a los que siguen esta saga, que en la próxima entrega llega a su desenlace.

Como siempre, los esperamos. ¡Saludos Dears!

sábado, 5 de diciembre de 2020

¿Será Justicia? - Por María Elena Fragoso y Carlos Rivadeneira.




_ ¡Suficiente! -exclamó la Dear mientras plantaba ambos puños en la mesa- hube soportado cuanto mis emociones me lo permitieron, ¡pero esto es el acabose! Su marido la miró de reojo, apartó el vaso de jugo de pomelo recién exprimido y se guardó el celular en el bolsillo de la pechera de su camisa por precaución en ambos casos.

La Dear revoleaba sus ojos en estado de frenesí. Sus fosas nasales se ensanchaban en medio de suspiros entrecortados cuando encontró al único chivo expiatorio posible

_ ¿A vos te parece? ¿Cuánto tiempo ha de repetirse esta situación? ¿Acaso mis sentimientos no cuentan? ¿A ver? ¿¡Decime algo!?

Ella se retiró a gran velocidad hacia la computadora y le evitó la vergüenza de no saber que diantre responder. En estos casos su marido prefería mantenerse a distancia ya que calculaba que su mujer estaba inmersa en lo que él denominaba como “síndrome post Request”. Sin embargo en esta ecuación había un componente extraño: hoy no era viernes por la noche...

Sentada frente al monitor la Dear abrió un nuevo documento “Word”, desde la cocina su marido oyó el teclado rugir como una tormenta de granizo pero lo que no vio fue la determinación que relucía en los ojos de su mujer.

Se dijo a sí misma: “lamento elevar esta angustia al terreno legal, pero si me equivoco, que Dios y la patria Dear me lo demanden”

Y así escribió:


Inicio demanda por Alteración de la sensibilidad pública, alboroto de las emociones, conmoción de la razón, disturbios del comportamiento colectivo y arrebato de corazones.



SEÑOR JUEZ:

Por mi propio Derecho constituyendo domicilio legal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina, me presento a Ud. respetuosamente y digo:

I. Que vengo a demandar a:

DQ domiciliado en Astana, Kazajistán, de profesión cantante excepcional, único e inigualable.


(Tal era la ebullición que afectaba a la Dear que prefería resumir el nombre del astro kazajo a un simple “DQ”. Imagínense una pava en pleno hervor, pero no una cualquiera. Una silbadora.)


II. Pretensión principal

(Independientemente de la figura procesal que plantea esta Dear, tanto ella como la gran mayoría de la comunidad tienen una pretensión en particular que les brota como una alergia.
En especial cuando están furiosas.
Es cuando pretenden que cada mujer que aparece en la vida de Dimash… sea una prima.)



Solicito que se disponga la realización de al menos un recital en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, en carácter resarcitorio y reparatorio por el tiempo en que no hemos podido acceder a conciertos de dicho artista. Por ello, deriva la responsabilidad de su accionar en mérito a las siguientes consecuencias:


a) Emocionales: Su canto incomparable genera una conmoción emocional severa que desencadena un torbellino de adrenalina que repercute en el comportamiento, pensamiento y razonamiento de las personas dejando su alma a flor de piel. Así mismo ocurre con su expresión tanto corporal, que involucran sus manos, su mirada, gestos, etc. Como su voz, que abarca, las diversas tonalidades, texturas, rango etc.

b) Físicas: Su accionar provoca palpitaciones, acaloramiento, escalofríos (piel de gallina), risas nerviosas, llanto, ambas cosas a la vez, etc.

c) Psicológicas: Causa una grave crisis psicológica ya que al oírlo con tanta maestría y destreza vocal, se inician una serie de cuestionamientos: ¿Dónde estaba yo cuando se repartieron las voces? ¿Por qué se las han dado todas a este muchacho? ¿Cómo es posible que alguien pueda tener semejante talento?

Así mismo se genera ansiedad extrema por verlo imperiosamente en persona.

III. Fundamentos de hecho

● Los hechos sucedieron de repente, de manera inesperada, en una seguidilla de acontecimientos a partir de ver un vídeo en el año 2017. En él se veía a un joven asiático interpretando una canción Francesa, "SOS"... Inmediatamente quedé en shock, esa voz angelical, sus texturas, sus matices, su movimiento corporal, todo en el me impactó. Ese muchacho de apariencia ingenua causó un manojo de sensaciones indescriptibles, primero fue asombro, incredulidad, a duras penas recupero el aliento, había sido un golpe emocional certero, fue del oído directo al corazón, sin escalas y yo quede frente a la pantalla sin poder articular palabra, sin saber si reír o llorar, inclusive a un mismo tiempo.

● Desde ese día la situación se fue agravando; surgió la necesidad de escucharlo en forma permanente, continuar viendo sus videos y actuaciones. Siguiendo así el proceso evolutivo de "The Singer" y a posteriori, cuanto material apareciera en las redes, ahí me encontraba yo.

(En este punto del documento, sucede el primer quiebre de la Dear...
Porque entre la redacción descriptiva de las consecuencias que avalan su “petición” y los testimonios que posibilitan los “fundamentos de hecho” se ha visto expuesta a una retrospectiva que juguetea con su sensibilidad. Hace un alto en la escritura y se sirve un vaso con agua para reencausar las ideas, sobre la mesa suenan las notificaciones de un celular que clama afligido por una nueva oportunidad y desde su funda personalizada Dimash le convida una sonrisa conciliatoria. Su corazón está a punto de traicionarla.
Como presiente que el disparo está a punto de salirle por la culata, menea la cabeza con vehemencia y regresa su vista a la pantalla. Para alentarse dice: “¡No otra vez!, no pienso caer en la belleza de esos ojitos...”. Entonces voltea el teléfono con más dolor que rabia y continúa.)


Como pretensión accesoria

Que de no ser posible la realización de un recital en CABA, Argentina, se programe algún concierto en otro país de la región de América latina una vez que las condiciones sanitarias por la Pandemia lo permitan.

III. 1 Conducta generadora de la conmoción

En estas circunstancias, en que el Sr. DQ , hasta marzo de este año ha continuado haciendo conciertos y presentaciones en diversos países de Asia y Europa, incluso se ha presentado el día 10/12/19 en Nueva York, sin tener en cuenta el impacto en sus seguidores de América Latina.

Los Dears de estas latitudes se encuentran en un estado de alteración y euforia permanente a la espera de la decisión de hacer una gira por Latinoamérica, generando un estado de alerta permanente en ellos. Es necesario señalar por tanto que en la doctrina se han establecido cuatro elementos conformantes de la responsabilidad : 1) La conducta contraria al ordenamiento artístico; 2) El factor de atribución: que es el título por el cual se asume responsabilidad, pudiendo ser este subjetivo (por dolo o culpa) u objetivo (por realizar actividades considerándose inclusive dentro de esta a la equidad (en América Latina, en Argentina tenemos Derecho al acceso de un recital de DQ; 3) El nexo causal o relación de causalidad adecuada entre el hecho y la conmoción producida; y 4) El efecto, que es consecuencia de la actividad ejercida por DQ, al interés protegido emergente

(Puede ser que mientras usted, querida lectora, mastica un bizcocho y se rasca la cabeza pregunte: “¿¿qué demonios está diciendo esta Dear??” Pues ¡he aquí la solución! El narrador (¡hola!) le facilitará una traducción de esta terminología jurista. ¡Acompáñeme y confundámonos juntos!

1) - ¿Es un artista no?, ¡Entonces debe actuar!... ¡Y en mi país! – esto nos dice la Dear a viva voz y con los brazos en forma de jarra.

2) La subjetividad está basada en la percepción de “un” sujeto y la objetividad, en la apreciación de “muchos” sujetos. Por lo menos dentro de la “teoría del conocimiento”. En lo civil no tengo la más pálida idea. Mientras busco el teléfono de una amiga abogada (María Elena Fragoso), le sugiero que siga con el próximo punto…

3) Este es un elemento fundamental en relación a la responsabilidad. Así entonces la Dear “responsabiliza” a Dimash, por ejemplo, de cada foto, de cada video, del pelito, de la nueva barbita, etc. 

4) Los efectos. No sabría por dónde empezar ni mucho menos cuando terminaría porque la lista es extensa. Bastaría con nombrar algunos “colaterales”: perdida de sensibilidad en las yemas de los dedos y lagrimales resecos de tanto llorar entre otros.)


IV. Fundamentos de derecho

Por responsabilidad extracontractual subjetiva, el fundamento esta dado porque toda persona física tiene el Derecho de poder acceder en persona a presenciar un recital de DQ

V. Pruebas:

(¡Nos aproximamos al clímax de este conflicto de emociones! Prepárate para presenciar un vuelco determinante en el ánimo de la Dear…)

Se adjuntan los siguientes videos:

Presentación Kremlin 2017
Presentación The Singer 2017/2018
Concierto Kazajistán año 2017 (Bastau)
Recital Londres 2018
Recital Nueva York 10/12/2019 Parte 1 Parte 2
Canal Oficial Youtube


VI. Petitorio:

Por todo lo expuesto:

A Ud. Pido



I. Admita a trámite la demanda

II. Se tenga por constituido el domicilio

III. Se tenga por admitida la prueba



1. Una vez que existan las condiciones sanitarias convenientes, se solicita a la brevedad la presencia del Sr. DQ en CABA, Argentina.

2. Que las fechas destinadas a la realización del/los recitales sean avisadas con la suficiente antelación necesaria para la organización de los Dears.

3. Que La Era Dimash sea habilitada para realizar las entrevistas y/o cualquier otra actividad pertinente referidas a dicho artista, sin restricción alguna.



Será Justicia



(Terminó la escritura a duras penas. Un sentimiento empezó a propagarse por sus sentidos y cambió el significado del entusiasmo original por otro que le era inconfundible.

El efecto Dimash.

La recopilación de esos datos produjo un resultado que temía desde el momento en que iniciaba la selección del material adjuntado como prueba. Sabía que estaba en presencia de un arma de doble filo y la revisión de los diferentes conciertos sumado al hecho de visitar el canal oficial de Youtube le propinaron la estocada definitiva. Minimizó el documento y abrió el navegador, en la pestaña de favoritos seleccionó el blog de La Era Dimash. El titulo de la más reciente columna era: “¿Será Justicia? Por María Elena Fragoso (con la tímida colaboración de Carlos Rivadeneira)”


En otro momento la leería, ahora necesitaba oír su voz; activó el reproductor de la radio online. Reconoció la melodía.

Desde los parlantes “él” le susurraba:

“Hello, is it me you`re looking for…” (Hola, es a mí a quien buscabas…)

Dejó escapar una risita por lo oportuno de ese mensaje. Dio vuelta su celular y aquella sonrisa que la aguardaba también pareció saludarla. Lo apoyó sobre la inclinación del teclado, cruzó sus brazos sobre el pecho y pensó que ya era tiempo de perdonarlo.

Aun así, mientras sonreía satisfecha (¡que buen escarmiento le había dado!) no sabía si guardar el documento o eliminarlo.

Maximizó la demanda una vez más, intentó cerrarla y una ventana de advertencia le dio tres opciones. Y al igual que su corazón hiciera al escuchar a Dimash por primera vez, tomó el mouse y sencillamente… hizo “click”.)



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María Elena Fragoso es el artífice de lo que acaban de leer. Ella es consultora psicológica, psicoeducadora en salud mental y es la anfitriona (junto a Paola P.) del ciclo conocido como “Emocionalmente Dears”. Además es abogada.

Acostumbrada a la elaboración de documentos procesales, en cierto día y motivada por una repentina inspiración, decidió reunir dos de sus pasiones como lo son la abogacía y Dimash. Así nace lo que considero una idea brillante y auténtica: Una simbólica demanda a Dimash por “usurpar” los corazones de sus seguidores.

“Desde un espíritu anhelante planteo la necesidad urgente de verlo en vivo. La cercanía del propio Dimash con un público que aguarda su visita funcionaria como un aliciente definitivo ante esta “demanda”. Porque desde lo personal se “repararía” esa distancia que me limita a una constante ensoñación a expensas de cada una de sus obras y con todo lo que decanta de su persona. Y en lo social implicaría la realización factible de un hecho, pocas veces visto: la posible reunión de un grupo de personas que, hermanado por un mismo sentimiento, resta importancia a las distancias físicas e inclusive lingüísticas en tiempos que lejos están de representar valores tales como la amistad, el compañerismo y el amor.”

Este (aproximadamente) es el testimonio que derivó en la inspiración de María.

Antes de despedirme le agradezco por su petición para participar en un proyecto el cual ella define como una obra escrita en “coautoría” y que para mí, representa una satisfactoria y humilde colaboración en esta bella alegoría dedicada a Dimash.

¡Gracias María Elena!

Como siempre, los esperamos en la próxima columna. ¡Saludos Dears!

martes, 24 de noviembre de 2020

El poder de la voz y la palabra - Por María Elena Fragoso


 

EL AMOR ES COMO UN SUEÑO / Любовь похожая на сон    

Esta canción se estrenó en el año 1994 y fue un éxito en Rusia. Fue Valeria Gorbacheva quien escribió la letra y la composición musical pertenece al Maestro Igor Krutoy quien transformó las palabras de la autora en una obra de arte.

La primera intérprete de este legendario tema fue Alla Pugachova y fue tanta la popularidad de la canción, que ganó grandes premios en Rusia y de hecho, era utilizada como marcha nupcial en las bodas rusas.  La segunda artista en interpretar esta pieza fue Lara Fabian, quien por supuesto llevo a cabo presentaciones inolvidables con su bella voz.

En el año 2019, Dimash Kudaibergen irrumpe en los escenarios rusos y elige re-estrenar esta canción en Abril de ese año, junto a su amigo y maestro Igor Krutoy. El día del estreno, el cantante kazajo impresionó al público con una versión absolutamente inesperada y fenomenal, ganando la ovación de todos. Su mirada, expresión facial, movimientos y por supuesto su excepcional voz, han transformado a esta versión en única e inigualable. Dimash Kudaibergen le otorgó nueva vida 25 años después, convirtiéndola en un éxito nuevamente. 

 

2019. Sin duda una de las interpretaciones más significativa de EL AMOR ES COMO UN SUEÑO. . LINK DE PRESENTACIÓN DIMASH KUDAIBERGEN 🔗 https://www.youtube.com/watch?v=xLEQzfqO_l0

LINK DE PRESENTACIÓN DE LARA FABIAN 🔗 https://www.youtube.com/watch?v=gvYlWXCmYZo

LINK DE PRESENTACIÓN ALLA PUGACHOVA Y FILIPP KIRKÓROV 🔗 https://www.youtube.com/watch?v=Sx6ufW5zgvk

 

EL AMOR ES COMO UN SUEÑO

Miro en tus ojos como en un espejo, 

Tengo miedo de perder mi reflejo en ellos. 

No quiero que seas una sombra que se desvanece, 

en la oscuridad de las noches y en mi destino.

Te amo como se puede amar sólo una vez en la vida. 

Como si el sol no hubiera existido hasta encontrarnos. 

Me alejaste de las preocupaciones y la miseria,

y encontraste las llaves de la felicidad para mi,

las encontraste para mi. 

El amor es como un sueño, 

los corazones como cristales repican entre sí, 

Y tu milagroso "Te amo", 

repetiré en un suave eco. 

El amor es como un sueño,

Llenó mi casa de felicidad.

A pesar de las leyes del soñar, 

ojalá que nuestro amor no tenga final. 

He olvidado a la soledad y la tristeza, 

me has dicho que no volverán. 

Eso sólo pasa en un dulce sueño,

pero nuestro amor es real. 

Espero no perderme en tus ojos, 

espero no vayamos a cambiar nuestro amor por soledad. 

Con un precio imposible de pagar

y con mis propios sueños,

merezco la felicidad de permanecer contigo para siempre, 

Junto a ti para siempre. 

El amor es como un sueño, 

los corazones como cristales repican entre sí,

Y tu milagroso "Te amo", 

repetiré en un suave eco. 

El amor es como un sueño, 

Llenó mi casa de felicidad. 

A pesar de las leyes del soñar, 

ojalá que nuestro amor no tenga final 

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LOVE IS LIKE A DREAM

I look into your eyes like in a mirror,

Afraid of losing my reflection in it.

I don’t want you to be only a passer-by

In the dusk of nights and in my destiny.

I love you so much, like once in a life,

As if there was no sun before us.

You’ve taken me away from anxiety and quarrels.

And found the keys of happiness for me.

Found them for me.

This love, this very dream-like love

A crystal-clear chime of hearts

And your miraculous “I love you”

I will repeat like faint echo

This love, this very dream-like love

Has made my home happy.

In spite of laws of dreams

May not this love comes to an end

I do forgive the loneliness and sadness

You’ve said they will never be back

It takes place only while we dream

But our love exists here and now

I hope not to lose myself into your eyes

I hope, we won’t change our love for loneliness.

I’ve deserved the pleasure of being by your side

At unthinkable price and my own dreams

I’ve deserved the pleasure of being with you forever,

Being with you forever.

This love, this very dream-like love

A crystal-clear chime of hearts

And your miraculous “I love you”

I will repeat like faint echo

This love, this very dream-like love

It has made my home happy.

In spite of laws of dreams

May not this love come to an end

Love like a dream

It has made my home happy.

In spite of laws of dreams

May not this love come to an end.

 

Para quienes conocemos y admiramos a Dimash no es novedad hablar de todas las sensaciones que provoca. En un despliegue de contrastes, entre notas graves y agudas, entre texturas de voz diversas, rugosas, sedosas y aireadas; nos introduce en una catarata de emociones que "sincronizan" con esos opuestos. Transitamos por una sorpresa inicial a sensaciones de alegría y tristeza, de amor y miedo, de incertidumbre y esperanza. Somos vulnerables a su sensibilidad y ternura. Con cada fraseo nos alborota el alma con su voz cálida y profunda. En el transcurso de casi seis minutos, a través de su mirada logramos percibir los anhelos de un corazón puro y rozamos la esperanza con el movimiento de sus manos en el aire. Hacia el final de la canción nos estallan emociones y sentimientos por doquier y como para no deshacer el hechizo, acompaña   el ruego con un "Ave María, Ave Amore" (en español, "Gloria a Santa María, Gloria al Amor") de un corazón deseoso que   "a pesar de las leyes del sueño este amor nunca llegue a su fin". 

Dimash penetra nuestra humanidad. Nos desarma desencadenando sin respiro y sin pausa los sentimientos más profundos y a la vez, más comunes a todas las personas. Por eso nos conmueve de tal manera, que en fracciones de segundos nos coloca en otro mundo, otras latitudes y otras realidades. Mientras lo escuchamos, nos guía por otros paisajes y nos encamina en un "repiqueteo de cristalinos corazones" (siguiendo los versos de esta canción). Así, lo cotidiano se vuelve música y las preocupaciones se desvanecen como por arte de magia. 

Muchos han sido los grandes artistas que han rendido honor a este tema, pero es Dimash quien nos roba el aliento al cantar este "himno al amor" que es “El amor es como un sueño”, la poesía que Valeria Gorvacheva escribió a los 15 años, cuando recién comenzaba a soñar con el amor milagroso, el que la alejara de la soledad. Dimash hace propias esas palabras y en un susurro nos envuelve, cautiva e invita a evocar ese mismo sentir del primer amor.