Seguí a Dimash

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sábado, 17 de octubre de 2020

Maravillas - Por Carlos Rivadeneira

 Viví en el barrio de Flores en la capital de Buenos Aires hasta los diez años y luego nos mudamos a otro: La Paternal. Durante mucho tiempo mis visitas a Flores se mantuvieron porque debía terminar el colegio primario, mis padres no me cambiaron de institución. También estaban mis amigos, compañeros de aventuras infantiles. Para mi satisfacción aun conservo uno, está radicado en Uruguay.

Otro de los motivos nacía de una de las pasiones que me acompañan desde muy pequeño: la literatura. ¿Les confieso algo? Fui autodidacta, los primeros pasos en la escritura y la comprensión de letras los logré previo al ingreso a la escuela.

Había dos librerías que visitaba con frecuencia, “El Zapallo” donde conseguí mis primeros ejemplares de “Elige tu Propia aventura” y la segunda era “La Feria del Libro” (no la convención anual, sino una librería que estaba sobre avenida Rivadavia) en donde entre historietas y libros se podía adquirir material usado y a buen precio. Aquí obtuve en esporádicas visitas una colección que venia de España: “La Biblioteca Universal de Misterio y Terror” (otra confesión: en donde mejor me desenvuelvo para dar fuerza a mi vuelo narrativo es en el genero de horror...). Esta era una antología de relatos cortos y recuerdo claramente uno porque su titulo me resultaba extraño: “Caléndulas para Nines”.

Este seria mi primer encuentro con las caléndulas...

 

La planta de la caléndula es utilizada desde antiguas civilizaciones porque posee varios beneficios para la salud humana. También conocidas como “maravillas” sus flores tienen un aspecto similar al girasol, que si bien disfrutan de propiedades diferentes comparten una cualidad: ambas buscan con sus perfiles la luz solar. Es una planta que florece todo el año, no tiene restricciones. No se condiciona por las circunstancias adversas del entorno, a no ser claro, en escenarios de extrema frialdad, de una crudeza desmedida. Existen varias leyendas que relacionan a la flor de la caléndula con la buenaventura, la fortaleza de espíritu y el amor.

 

El 11 de Marzo de 2020 y dentro de la gira “Arnau” Dimash se presentó en la ciudad de Kiev. En cierto momento sorprende al público al interpretar una canción típica ucraniana: “Chernobrivts” que se traduce al idioma inglés como “Marigolds” y que en español significa... caléndulas.

En su lírica esta canción homenajea con una amorosa reflexión nostálgica la figura de las madres. Así Dimash le dedica (según una opinión personal) una de sus mas bellas interpretaciones, no solo a su mamá que se encontraba entre la audiencia sino además a todas las que pueblan la creación.

¿Puedo idear un paralelismo entre la descripción que ofrecí de las caléndulas y el amor de una madre?

Creo que si.

Esa es la razón de este extenso preámbulo.

 

El psicólogo y profesor universitario en psicología canadiense Jordan Peterson sostiene como un hecho acertado que a “la madre naturaleza” se la define como tal, porque entre sus muchos atributos ella tiene el “don selectivo” y en su sapiencia asume la tarea de distribuir correctamente las condiciones ineludibles para un equilibrado desarrollo de la existencia.

Y las mujeres comparten esta preciosa cualidad. Ellas logran un equilibrio ecuánime entre la fortaleza y la sensibilidad, los cuales son materia prima para que el corazón de una madre germine en una familia.   

Las madres lo son inclusive mucho antes de la gestación, porque la dádiva de vida no solo está impregnada en su matriz sino que además desde el momento que la mujer idealiza su embarazo y a sus hijos, sin importar con cuanto tiempo de anticipación sea, ya comienza su camino en la maternidad. Este es un proceso que las acompaña durante toda su vida. ¡Desde niñas juegan a serlo!

Existe una paleta de variantes dentro de ese camino en donde sus protagonistas se ven escoltadas por un mismo acompañante: el sacrificio.

Ellas trabajan (dentro y fuera de la casa), estudian, se proyectan, cuidan de su hogar y crían a sus hijos con o sin compañía. Luchan, ríen, lloran, sufren y aun así perseveran. Porque poseen un ingrediente vigorizante y especial: amor de madre. Tan fuerte es el lazo que une a una mujer con su condición materna que inclusive aquellas que por capricho del destino o por disposición de la naturaleza no pueden dar a luz, aun así expresan todo el potencial de una madre. Como dos árboles que crecen de pie juntos, de cara al sol, como una enredadera que se entrelaza en una planta contigua así una madre desde su corazón amoroso extiende su ser y abriga en su regazo a sus hijos, aunque no compartan las mismas raíces…

 

¿Puedo realizar un paralelismo entre las caléndulas y el amor de una madre?

Claro que sí.

El amor de una madre florece todo el año, no tiene restricciones. No se condiciona por las circunstancias adversas del entorno, ni aun siquiera, en escenarios de extrema frialdad, de una crudeza desmedida.

 

Les relato un cuento antes de despedirme, quieren?

 

Había una vez un niño que tenía unos pulmones muy frágiles.

Tan frágiles eran que muchas veces no le permitían respirar. Era muy pequeño y los doctores se rascaban la cabeza y decían:

_” ¡Qué barbaridad! ¡Pobrecillo! No habrá otro remedio... Señor papá, señora mamá, aplíquenle este aguijón que verán una mejoría…  y luego ¡no olvidar! Usen el nebulizador…”

El nebulizador ¡era una maquina temible! Al niño lo avergonzaba porque era un motor colosal de color azul que hacia un ruido terrible y creía que sus vecinos no podrían descansar por las noches. A veces debía dormir con varias almohadas, medio sentado para poder respirar mejor y soñaba despierto con sus platillos favoritos, esos que no le permitía disfrutar ese estado porque como decía el doctor: “este jovencito no se debe cargar mucho su pancita en la cena ¡no olvidar!”

Y en los momentos en que su pechito hacia un ruido raro y su corazón tamborileaba más de lo normal…  ocurría la magia.

Porque su mamá… ¡hacia milagros!

Ella lo sentaba entre sus piernas y se convertía en una nave espacial! Y el volaba a otros mundos y contaba estrellas y le parecía que podía tocarlas. Y el niño reía y su mamá también.

Y en noches de mucho calor, que eran las que más lo ahogaban, su madre lo cargaba en sus brazos, lo sacaba de sus casa y lo llevaba a toda velocidad a un parquecito que estaba cerca, y sentados en un banco su mamá le contaba historias de otros mundos y  miraban el cielo estrellado y contaban las estrellas y parecía que juntos podían tocarlas

Y el niño sonreía y su mamá también, aunque por su rostro… le rodaran lágrimas.

 

El niño del relato soy yo y su mamá, es la mía.

El tiempo pasó y hoy ese niño es un hombre fortalecido gracias a su mujer y su hija y con el espectro del asma superado hace muchos años. Mi madre en cambio hace pocos días cumplió 80 años y está muy lejos de ser esa mujer que realizaba ilusiones; a la artritis y a un gran número de insuficiencias físicas se le sumó un mal que creció a pasos agigantados en esta cuarentena: demencia senil. En ocasiones me formula la misma pregunta que respondo varias veces en el día, olvida las situaciones, me confunde con hijos inexistentes, su mente se ha poblado de fantasías que la llevan a otros tiempos, a otros lugares. Pero ¿saben qué? Lo único que no olvida, al momento de acostarla en su cama cada noche, es decirme:

 

“Hijo, nunca olvides que te amo”

 

¿Recuerdan el ciclo “Dimash & Favores”? Pues bien, hubo un “favor” que preferí compartir a destiempo y reservarlo para esta ocasión: a mi mamá le fascina un cantante kazajo de 26 años. ¿Saben quién es?...

Gracias a él disfrutamos a diario de su música, de su voz. Y por un momento estoy seguro que al oírlo, ella vuelve a tocar las estrellas…

Gracias a Dimash por esto.

Y gracias a la oportunidad que me brindan en “La Era” puedo escribir cada columna, compartirla con ustedes, dar rienda suelta a mi imaginación y hacer mi carga más liviana.

 

El tercer domingo de Octubre se celebra en Argentina el día de la madre. Este ramillete de palabras, la analogía de esas “maravillas”, no es otra cosa que un sencillo cumplido para el corazón de toda mujer en el que anida un amor semejante. Entiéndase que el pulso que alimenta la determinación femenina  late con una frecuencia que le cualifica además para llevar adelante su vocación, en el área que fuese, con la misma voluntad que una madre.    

Para el desarrollo de cada texto escucho diferentes obras musicales que alimentan mi inspiración. Y esta no fue la excepción. Solo que aquí la musa principal provino de “Marigolds”. Se las recomiendo en este día.

Si tiene a su madre demuéstrele su afecto. Hágalo, no se demore. Y si ya no la tiene, abrácela en su corazón.

Este es un especial homenaje a todas las mujeres de la comunidad Dear y del mundo entero.

Porque al fin y al cabo, este es su día.

 

Desde La Era Dimash les decimos: ¡Feliz día de las madres!




18 comentarios:

  1. Hermoso texto, gracias por el regalo!!, Marigold siempre me hace lagrimear!! sin entender la letra, la emoción la produce el amor con que Dimash la canta...Así que FELIZ DÍA A TODAS LAS DEARS!!

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  2. GRACIAS,,así es,,yo hoy comparti ese video junto con una dedicación por el día de la MADRE ❤ya sabía su historia, y me pareció perfecto compartirlo en este dia❤,gracias por demostrar,,que estaba en lo cierto😍desde Argentina 😘😘🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷

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  3. Que hermoso, sin duda estas palabras reflejan el agradecimiento y amor profunfo y sincero de un hijo a una madre.Siempre amemos a nuestra madre, disfrutemos los momentos que pasamos a su lado,Feliz día!!💓🌷

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  4. Querido Dear Carlos, no se si podrás creerme, pues cuando logro desocuparme un momento y dedicarme a la lectura de lo que tu y participantes de este espacio escriben con gracia y gran tino, me gusta tener activado el botón de esta emisora... mientras desglosaba cada palabra aquí por ti expresada.. qué crees??? En la radio sonaba 'Caléndulas' en la dulce voz de Dimash... mis lágrimas hasta el suelo!!! Por varios motivos hoy es un día agridulce para mí, pero tus palabras me inundaron de un sinfín de emociones, dejándome al final una fuerza extra y un NO TE RINDAS que tanto me hace falta en este momento. Gracias, como siempre un placer leerte y FELIZ DÍA PARA TU MADRE Y TU ESPOSA!💗💐FCA 🙋🏻‍♀️

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    1. Que coincidencia verdad? Gracias por estar siempre ahí. Éxitos!

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  5. Hermosas sus palabras como siempre. Me gustó su explicación sobre las calendulas, soy hija de ucranianos y la canción chornobritsi me ha llegado mucho. La interpretación de Dimash fue sencillamente espectacular.

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    1. Es una de las interpretaciones de Dimash que más disfruto. Saludos y gracias por acompañarnos!

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  6. 👏👏👏Que lindas palabras Carlos ,llegan al Alma.Gracias!!! ..y Feliz dia a todas las mamis😘❤❤❤❤

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  7. Como siempre muy emocionante, y tienes el gran Don como Dimash de poder producir distintas emociones en nosotros, es fantástico poder leerte, gracias. PRP

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    1. Ups! La "Suprema directora general"! ;) no creo ser merecedor de tanto pero aún así gracias por tu reconocimiento. Éxitos!

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  8. Que belleza de incalculable valor cada palabra, imposible no emocionarse,y sentir a flor de piel tanto Amor...
    Gracias por compartir tu sentir y tan admirable talento !
    Saludos y gran abrazo

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  9. Lo he leído ahora y me ha provocado profunda emoción Carlos. Sos un excelente escritor. Gracias por compartir tu talento y permitirnos soñar y disfrutar de la lectura que es una acto maravilloso para la imaginación y la riqueza de nuestra alma.
    No importa si es el día de las madres o no, el homenaje debe ser diario..
    Simplemente gracias!
    Espero con ansias siempre tus publicaciones y las disfruto mucho ❤️

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    1. Como estás! Coincido, el día de las madres es cada uno de los que ella transita en su vida como tal. Y también es importante mantener activo el espíritu a través de la literatura y como no, la música. Gracias y Saludos!

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