Continuemos entonces con una segunda entrega para acercarnos a ese “nuevo concepto”.
En la
primera parte desarrollamos dos cuestiones que bien podrían ajustarse al
paradigma que resulta Dimash: su talento y la similitud con las aptitudes de
grandes artistas de un pasado no muy lejano; y su belleza, la cual no se acota
con exclusividad a un simple estudio superficial.
Para llegar
a una conclusión y de acuerdo a lo hablado con Carmen Sandoval
(la autora intelectual de esta columna), intentaré primero adentrarme en una
materia que considero de vital importancia dentro de un espíritu influyente: su
línea de pensamiento.
Pienso, luego Existo
Sin entrar en tecnicismos demasiado complejos ni enumerarlo en sus
diversas categorías, podemos referirnos al pensamiento como un cúmulo de
procesos mentales, que a su vez son un esquema de reflexiones que interactúan
entre si (recuerdos, ideas, etc.). Conviene aclarar que los pensamientos no
están desapegados de las emociones y por tal en la creación de los mismos, se
convive con el sentimiento individual.
Ahora, y en correspondencia a dicha apreciación: ¿en que podría derivar
el análisis propio de un influencer al trasladarse hacia el razonamiento
colectivo?
Si observamos, existe una infinidad de personas
de amplio acceso a las multitudes que comunican a través de las redes sociales
su preocupación en asuntos relacionados a la política, la religión e incluso lo
ideológico, ocasionando divisiones irremediables entre quienes coinciden en
tales discusiones y sus detractores. Por otro lado y por citar un ejemplo, la
labor critica que realizan especialistas, acreditados o no, en el análisis de
los derivados del arte en el terreno de lo visual, digamos cine, televisión o
servicios de streaming, también generan polémicas que surgen, no sólo
estrictamente en base a gustos y preferencias, sino además porque en la
actualidad pareciera entreverse una “politización” en las películas y las
series con lo cual se fragmentan las opiniones, y quizás, resulte aun mas
difícil coincidir. A su vez podemos incluir a youtubers que tienen gran
notoriedad en inmensas cantidades de niños y jóvenes de manera que producen en
ellos una simpatía coincidente en tendencias de moda.
Pues bien, en este punto utilicemos
momentáneamente un concepto psicológico.
Profesionales de la neuropsicología diferencian
el “coincidir” con alguien, de una razón más profunda, que es... “conectar” con
alguien.
Aquí es donde aparece Dimash.
Como figura mediática (que lo es), Dimash logra
conectar con su público al transgredir diversas barreras entre las que se
encuentran los de la música y la apariencia. Aclaro que para experimentar ese
tipo de unión, debiera existir algún nivel de proximidad: conocer una persona
en la calle o en un trabajo, o cuando menos mantener un diálogo en cualquier
variante posible, dígase whatsapp, chat o zoom, y es ahí donde radicaría el
proceso vinculante.
Sin embargo, la comunidad Dear pareciera no
precisar de ello.
Al exteriorizar su pensamiento (o por lo menos
parte de él), Dimash expresa valores y utiliza palabras de forma tan natural,
carismática y apasionada, en especial por su juventud, que resuenan en el
interior del oyente y encienden esa conexión. Así entonces, al descubrir a
Dimash, el nuevo Dear se sorprende con su voz, se impresiona con su talento y
al progresar en ese hallazgo hacia la idiosincrasia de dicho fenómeno,
encuentra un reflejo de su propia integridad, representada en ese joven
cantante. Se produce una comunión equivalente que supera las expectativas
originales de deleitarse con una voz excepcional y deja lugar a una afinidad,
reservada a encuentros prodigiosos en la vida.
En definitiva, pueden generarse diferencias en
cuanto a las “coincidencias” que giran en torno a Dimash, de hecho el fandom en
ocasiones se divide en opiniones que son válidas de acuerdo a ciertos puntos de
vista, pero esa “conexión”, creo sin temor a equivocarme, puede estar presente
en los corazones y el intelecto de cada entusiasta admirador.
Y no digo que sea una condición exclusiva de
Dimash, pero ese tipo de influencia debe distarlo de una gran
cantidad de personalidades influyentes en los medios.
Sobra decir que, como me es imposible tener una
noción precisa de lo que piensa Dimash, elaboro estas conjeturas de acuerdo a
lo que se de él, valiéndome de algunos conocimientos básicos de índole
psicológico. Sería interesante una ampliación, a cargo de un profesional, de
los efectos de la psicología de conexión dentro de la comunidad Dear.
Dears para Dears
¿Recuerdan la definición que aplicamos en la
primera parte para ilustrar a un influencer?
“...tales personas son quienes poseen
credibilidad y representación en las diferentes redes sociales...”. De ahí en
más iniciamos la columna, en un intento de dilucidar las distintas acciones y
los resultados que obtienen esas personalidades.
En un orden similar, Dimash ha provocado en un
sector de sus seguidores una serie de inquietudes que los motivan a expresar su
admiración y crear dentro del fandom y en cada red social disponible, lo que
podríamos llamar “vehículos de divulgación”.
Entonces... ¿se puede intuir una reproducción
de los mecanismos influencers dentro de la comunidad Dear? ¿O se trata de una
variante de ellos?
Trataré de expresar lo siguiente en términos
objetivos.
De las pretensiones de un influencer se pueden
deducir algunas metas que son absolutamente legítimas y que se encadenan con la
evolución de su labor; entre ellas la necesidad de comulgar junto a otros en un
mismo interés, lo imperioso de ganar popularidad para prosperar en el
reconocimiento (en algunos casos además para alimentar el ego) y como
consecuencia, la posibilidad lisa y llana de incrementar sus activos.
O ganar dinero, como lo prefieran.
Por experiencia personal, debo decir que sólo
la primera de las tres condiciones, se cumple. Comprobé en forma directa desde
la colaboración en privado, el compromiso desinteresado de mujeres que
conforman diversos grupos y aporté algunos escritos para proyectos varios, que
me presentaron basados en el cariño y la admiración, alejados de intenciones
ego centristas.
Ahora, ¿podría asegurar que cada “vocero” de
las acciones de Dimash es funcional a dicha máxima? ¿O puede que alguno eche
mano a las otras dos estrategias?
Sencillamente no lo se, mi aproximación a la
intimidad de los Dears notorios, es limitada. Desconozco a la mayoría de los
administradores de los canales de divulgación Dear, ya sea en Youtube, Twitter
o Facebook, pero creo que en la mayoría de los casos debe impulsarlos un idéntico
sentimiento de abnegación y afecto, ya que lo contrario presupone una
superposición de intereses que desplazarían a Dimash del eje protagónico.
Si tenemos en consideración la importancia de
la conectividad mencionada en el punto anterior, de manera espontánea deberían
afectar esos valores reconocidos en Dimash, en función de un paralelismo de las
propias intenciones. Si se encuentra en la humildad, la simpleza y la sencillez
de él un espejo, ¿no debiera aplicarse tal reciprocidad en pos de propagar su obra?...
Y el rol fundamental para la concepción de un
circuito eficiente de estos “canales” de divulgación, recae en el público.
El “subscriptor” Dear posee una condición
admirable: su autenticidad. Es apasionado, expresivo y anhelante de nuevas
publicaciones dedicadas a su artista favorito; y aunque a veces su vehemencia
lo traicione, no pierde oportunidad de enfocar su admiración y orientarla hacia
un semejante y desinteresado propósito: difundir todo lo concerniente a Dimash.
Estaríamos frente a diligencias que dejan en
claro una marcada distancia respecto de algunos métodos influencer y que se
sustenta mutuamente (entre el Dear que crea un contenido y aquellos que lo
visualizan y lo comparten) en una tarea donde se destaca el amor y el
compromiso, logrando al fin y al cabo, que el centro de atención recaiga en
Dimash y no en protagonistas circunstanciales.
Cabe aclarar que se han realizado de forma
aficionada composiciones, poesías, canciones, ilustraciones y coreografías,
como así también transmisiones, charlas y debates que, en cada caso, orbitan en
torno a la figura de Dimash y son ejemplo de sanas intenciones de difusión.
Con la irrupción de Dimash en la periferia
artística, y debido a su naturaleza, se aproximaron costumbres nobles a
situaciones convencionales que ocurren a diario en las diferentes redes, y el
ánimo de miles de personas en el mundo cobró el impulso necesario para
expresarse de manera que los valores tradicionales, algo olvidados, se
revaliden mediante la admiración y el afecto generados por un cantante. Intuyo
un tipo de influencia, que parte de Dimash, se replica en la
comunidad Dear y se abre camino en las formas de comunicación actuales.
Conclusión
Podríamos
arribar a un desenlace con múltiples resultados.
¿Es Dimash
un influencer? Pues... creo que no.
Porque a
pesar de que posee particularidades que lo situarían dentro de tal definición,
(recordemos: personalidad verosímil que llega a multitudes, apariencia física
favorable, etc.) también demuestra variables que lo distancian de lo
estrictamente “influencer”.
Es
diferente, plantea otras posibilidades sin tener la pretensión de que esto
signifique un perfeccionamiento en los estilos de difusión, y aunque muchos no
logren comprenderlo, es algo que se ha dado de manera... natural.
¿Se puede
definir a Dimash con una única palabra que represente su influencia?
En realidad
no... Porque pueden ser varias.
No obstante
que la gran mayoría de Dears reaccionan en un principio frente a la cualidad
más notoria de Dimash, la cual es su voz, luego se presentan otras que
refuerzan ese magnetismo originario y alinea las vivencias e inclinaciones de
cada oyente en paralelo a las loables pautas que el joven kazajo demuestra de
pie sobre el escenario y que se han desarrollado tras muchos años para
depositarlo en dichas circunstancias.
Si me
preguntan, puedo asegurarles que soy un profundo admirador del talento de
Dimash. Pero su voz, su estilo, incluso las bellas canciones que ejecuta en su
exquisito registro vocal, no son producto de la casualidad ni de un giro
afortunado, sino de una característica suya digna de imitar: el sacrificio.
Independientemente del don que lo acompaña,
Dimash es constante en manifestar un compromiso hacia su carrera; desde la
infancia que se consagra al aprendizaje y la formación relacionada a la música
y el canto, es considerable el arduo trabajo que realiza para brindar nuevas y
pulidas obras, hace de la responsabilidad y la dedicación unas materias de
edificación diaria, y dentro de esos parámetros transmite un mensaje que es
claro y comprobable: nada se logra sin esfuerzo.
Y es en ese aspecto donde su influencia resuena
en mi interior.
Sería difícil reducir a una sola palabra la
experiencia multitudinaria y dinámica acaecida en el sentimiento Dear,
corresponde al lector ubicar a este prodigio dentro de un “nuevo concepto” e
identificar esa cualidad que refleja a Dimash en la valoración representativa
de cada uno.
Sin más para agregar, agradezco inmensamente a
Carmen Sandoval el haberme ofrecido este proyecto, y espero que lo escrito esté
a la altura de las expectativas.
Como siempre, gracias a ustedes por estar del
otro lado y los esperamos en una próxima columna.
¡Saludos Dears!
Cómo siempre Carlos un muy interesante y entretenido artículo...muchas gracias Carlos y Carmencita... bravooo
ResponderBorrarMe encantó lo dicho y concuerdo perfectamente con esta columna gracias a Carlos y Carmen
ResponderBorrarel mejor cantante del mundo DIMASH kudaibergen
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