Seguí a Dimash

Seguí a Dimash

lunes, 7 de agosto de 2023

Nuestro cortometraje está en competencia!!




El cortometraje  “Bajo el mismo cielo” que realizó La Era Dimash en noviembre del 2022, fue seleccionado en el Lift-Off First-Time Filmmaker Sessions 2023 en Inglaterra y nos dieron el sello de laureles oficiales.

 

Una vez más la música y el mensaje de paz de Dimash llegarán a miles de espectadores y nos darán la oportunidad de proyectar el video para todos a nivel mundial.

 

Página del festival: https://filmfreeway.com/ft_purple

 

El cortometraje: https://www.youtube.com/watch?v=hCtwhraRi7g

 

“Es un sueño hecho realidad y nos llena de una alegría inmensa haber sido parte de este proyecto, permitiéndonos difundir la música y el mensaje de paz que Dimash comparte con todo el mundo. Esperamos que fans de diferentes países se sumen a esto. idea inspiradora: 'Unidos, elegimos la paz, elegimos la vida." La Era Dimash.

 

“En mi primer proyecto de cortometraje me propuse generar una profunda reflexión sobre la situación actual que enfrentamos en el mundo. La violencia, la matanza de animales y la destrucción del medio ambiente son realidades desgarradoras que nos acechan. Sin embargo, mi principal tiene como objetivo inspirar a los espectadores a unirse en la búsqueda de la vida y la paz en cada momento. A través del excelente trabajo musical, las emociones de los espectadores se amplificarán y los guiarán hacia una reflexión profunda y transformadora". Se realizó sin ensayo y con el público que se sumó al experimento, a modo de Flashmob, luego se sumaron otros países a esta propuesta”. Paola Profeta

 Descripción del corto

 “La vida transcurre en diferentes ciudades de manera trivial, una joven mira a su alrededor y piensa en lo que realmente pasa en el mundo que nadie ve, y se da cuenta que no tiene oportunidades para su futuro ni el futuro de sus hijos”. Ella cae derrotada y solo unos pocos acuden a ayudarla, pero al darse cuenta de esta triste realidad, también caen. Una niña que camina con su abuela con suerte los recoge, y así se unen en una ronda donde cada vez más personas unen sus fuerzas. Finalmente, esta energía de amor y unión se esparce por todo el mundo, porque al final todos vivimos bajo el mismo cielo, “Elegimos la vida, elegimos la paz”.

  El evento Lift-Off First-Time Filmmaker Sessions 2023 tendrá lugar el 7 de agosto a las Pinewood Studios, Inglaterra, Reino Unido. Las nominaciones a los premios de la temporada de Lift-Off se proyectan en la sede de Lift-Off en los prestigiosos Pinewood Studios durante la celebración final de la temporada de Lift-Off el 21 de agosto. Las sesiones serán en línea a través de Vimeo On Demand. Con proyección garantizada para todos los participantes, las películas son juzgadas por el jurado oficial y reciben puntajes de la audiencia.

Agradecemos a todos los Dears y a sus familias se tomaron su tiempo y apostaron a este proyecto, también a los que filmaron que supieron interpretar el alma del proyecto y muy especialmente a las personas que se sumaron el proyecto en el mismo lugar de filmación. Un millón de gracias.

 Se anima a toda la comunidad dear a participar y votar en este festival, estaremos dando toda la información necesaria a través de las redes oficiales de La Era Dimash.

martes, 25 de abril de 2023

"Enlik-Kebek": Una trágica historia de amor kazaja - Equipo de LED


"Enlik-Kebek" es una leyenda kazaja que cuenta la trágica historia de amor entre Dzigita Kebek y la hermosa Enlik. Esta historia es comparada a menudo con la de Romeo y Julieta por los kazajos. La canción ha sido interpretada por muchos músicos y cantantes kazajos a lo largo de los años y se considera una parte importante del patrimonio cultural de Kazajstán.

La historia tiene lugar en un contexto de enemistad entre dos clanes, Naiman-Tobykty, a los que pertenecen los protagonistas. Kebek, un joven batyr del clan Tobyktin, es el favorito de la familia. Desde los quince años, se distingue por su fuerza, su deseo de vivir y su "alma flamígera". Kebek acude a un famoso vidente llamado Abyz Nysan para conocer su destino. Allí, escucha una música que lo conmueve y habla a su corazón y su alma.

Monumento de Elik- Kebek


El vidente le predice a Kebek que morirá joven y lleno de fuerza, vilipendiado por familiares y enemigos por culpa de una niña. Esta será alta, esbelta, de cabello negro y ojos profundos como el fondo del mar.

Un día, Kebek se enamora de Enlik, una hermosa niña del clan Naiman, y su destino queda sellado. A pesar de que sus sentimientos están condenados, deciden huir juntos. La familia de Enlik se siente insultada y comienza a vengarse de la familia Kebek. Las disputas mutuas provocan la muerte de los jóvenes amantes.

El mausoleo de mármol en medio de las montañas Shyngystau en la región de Abay conserva la gran historia de amor de "Enlik-Kebek". Este lugar atrae a turistas de todo el mundo y está abierto a todos los que quieran conocer la leyenda kazaja.

Un moderno monumento de mármol blanco sobre la tumba de dos amantes: una niña del estado de Matai Enlik y un zhigit de Kebek del clan Obykty que fueron víctimas de las relaciones sociales feudales de la segunda mitad del siglo XVIII en Kazajstán.


Fuentes consultadas:
https://www.zharar.com/kz/qmzh/30988-qazaq-adebietinen-sabaq-zhospary-8-synyp-ii-toqsan-.html
https://adebiportal.kz/en/news/view/about-the-poem-of-shakarim-kudaiberdyuly-yenlik-kebek__21040
https://www.dimashinczech.cz/2023/03/01/enlik-kebek/

miércoles, 5 de abril de 2023

Bienvenidos al crucigrama temático de Dimash - (Silvana Aguirre)

Este juego de crucigrama fue hecho especialmente para desafiarte y ver cuánto sabés sobre la vida y obra de Dimash. Debajo del tablero se encuentras las referencias relacionadas a sus canciones, presentaciones y vida personal. Pulsá el casillero y escribí la respuesta. Si la palabra se pone roja, es que contiene un error, si se pone verde, es correcta. Poné a prueba tus habilidades y mientras resolvés el crucigrama temático.  ¡Buena suerte Dears!

lunes, 20 de junio de 2022

Un Cumpleaños no siempre es lo que parece... - Por Carlos Rivadeneira

 


O sea, cuando llegué a la dirección indicada poco antes de las doce del mediodía, pude ver a la distancia desde el acceso al predio, un bonito cartel pegado a una puerta blanca que rezaba: “¡Happy Birthday!”. No me equivoqué al pensar que se esperaba alguna visita internacional, aunque no era anglo parlante.

Golpeé y en pocos segundos me atendieron.

Me dio la sensación de ingresar a un mundo cálido y acogedor. El ambiente bien iluminado con el que me encontré no tenía nada que ver con el clima adverso que le daba un aspecto grisáceo al exterior del lugar de reunión. En una gran pantalla se reproducían videos de Dimash y desde unos poderosos parlantes su música sonaba acorde a lo necesario. Sin un volumen excesivo, se fundía con el murmullo de las Dears reunidas que en muchos casos aprovechaban para conocerse en persona, así que ni bien ingresado me dejé contagiar por la energía que se apreciaba entre las participantes y me predispuse a la aventura.

Pobre de mi...

Instantáneamente me atacaron dos mujeres: una demasiado joven y la otra... un poco menos joven.

Aclaración pertinente: como no soy un gran observador y tengo poca memoria, preferí diferenciar a las distintas Dears con las que traté, de acuerdo a la localidad, provincia o país del cual provenían, y en otros casos incluso en referencia a la función asignada dentro del evento. A excepción de dos que son, por un lado: Vilma (la invitada del extranjero) y por otro lado “Coca”, de quien hablaré en breve.

Retomo entonces. A la joven que me recibió la llamaremos “la tesorera”, cabe señalar que cumplió su labor con el talento de un ave rapaz, nada escapaba al escrutinio de sus agraciados aunque serios ojos. Tras los “buenos días” de protocolo me ofreció la cifra convenida con anticipación: 500 pesos, “¡por supuesto!” añadí. Me anuncié, se acercó a la lista de invitados y al no encontrarme entre los nombres, me agregó al listado con absoluta desconfianza y sin perderme de vista. Luego de incluirme, levantó su rostro, me extendió unos distintivos y aguardó recelosa el valor de la entrada.

¡Que faena tan admirable la de esa niña! Les aseguro que la recaudación con fines benéficos estuvieron en las manos adecuadas. Portadora de una estampa atlética y juvenil, apuesto a que la tesorera podría correr (¡e incluso derribar!) a quien intentase franquear el ingreso sin abonar el ticket. Pregunté por Paola, me indicó con el mentón el centro del salón pero no pude reconocerla. Di dos pasos y otra voz me interrogó a mi derecha, así que por si acaso preparé otros 500 pesos. No fueron necesarios.

La otra dear, la menos joven, me detuvo con el ceño fruncido porque declaraba haber escuchado mi nombre.

Sin saberlo, estaba ante “la Coca”.

La tarde anterior al encuentro, intercambié algunos mensajes de audio con Paola, y para mi desgracia, la Coca estaba a su lado para escuchar mis pálidos intentos de provocar alguna gracia. Les confieso que al poseer un espíritu prudente, me cuesta divertirme, y mucho mas aun divertir a un tercero. El dilema es que ella pretendía que yo pudiera escoltar a su hermana, que desde aquí la llamaremos “Moreno”,  porque venía desde su domicilio en el mismo tren que yo esperaba algunas estaciones después. Esto nunca ocurrió y después de ser amonestado severamente por ello, pregunté (cohibido) una vez más por Paola y me indicó en la dirección que me señalara la tesorera. Obtuve el mismo resultado: no logré verla. Extraño, porque si bien de cerca no veo correctamente, ocurre lo contrario al intentarlo de lejos. Además soy alto y puedo otear a la distancia sin problemas.

Pero descubrí que en la altura, radicaba la dificultad.

Como decirles...

Paola es... muy, pero muy poquita alta... y por ello se me escapaba del rango de visión a pesar de las colosales suelas de su calzado.

Al fin nos encontramos y tras saludos y abrazos, pudimos conocernos después de mucho tiempo. Me dijo que en la cocina se encontraba una Dear llegada de Chile especialmente para la ocasión y allí me dirigí.

Me sirvió de guía un agradable aroma a comidas y al llegar a su origen me sorprendió la imagen. La cantidad de platillos superaban las superficies de mesadas disponibles y empezaban a apilarse con el arribo de más y más bocados.

Pero lo verdaderamente increíble, recaía en Vilma.

Me preparé para realizar aquella tarde todo tipo de suposiciones que en su mayoría resultaron erróneas. O bien esa mujer era: trapecista, malabarista o contorsionista, porque se movía con una gracia y exactitud digna del Cirque du Soleil, o mi visión me engañaba. Mientras con una mano cortaba tres o cuatro bizcochuelos y con la otra distribuía sándwiches de miga y pastelitos en varios platos, extendía una pierna en un ángulo imposible y con un piecito movía asaderas repletas de empanadas, de los niveles superiores a los inferiores de un horno… ¡encendido! No salía de mi horror, ¿¡por qué la invitada internacional debía hamacarse como si se tratara del cocinero de un barco pirata!?

No dudé en ofrecerle mi ayuda y aceptó gustosa, aunque pareció no precisarla. Otra Dear ingresó en busca de un lugar adecuado para depositar sus alimentos y al no encontrarlo preguntó: “¿donde puedo dejar esto?”

_ ¡Apóyalo aquí, Dear! - respondió Vilma con una bella tonada chilena, que no puedo reproducir en el texto - ¡Con confianza!

Y ahí nomás le afirmaron en la cabeza, cual un sombrero de lata, tres recipientes con suculentas tartas de jamón y queso en su interior. ¡Era increíble!, tengan en cuenta que Vilma es tan alta como Paola... o quizás menos y no acusaba estar esforzándose en lo más mínimo. Luego de una plática interesantísima y sin dejar de realizar las acciones mencionadas, sustrajo (de no se donde) un extenso palito con un celular empotrado en su extremo y nos tomamos una selfie, para lo cual confieso, hube de agacharme bastante para no derribar las tartas que pendían amenazantes sobre la humanidad de Vilma.

En el momento que pensaba: “¡que mujer tan sorprendente!”, subieron los decibeles de la música y se me llamó para que participase junto a Paola de la apertura del evento.

 


Camino al salón las piernas comenzaron a fallarme, producto del pánico escénico. Me instalé junto a la organizadora y se nos sumaron Malena y Daniela, a quienes recibieron con mucho cariño. Sentí transpirar mis manos y mantuve una actitud reservada y silenciosa (como prácticamente toda la tarde) sin poder ocultar lo tímido de mi carácter. En el otro extremo emocional, Paola se demostraba extrovertida y risueña; cómoda en su hábitat natural intentaba que yo abordara un desenfado que escapaba a mis limitaciones. En repetidas oportunidades me enviaba miradas en busca de un apoyo en el escenario, pero en el acto comprendió que yo no era el mejor de los partenaire disponibles. Agradezco su atinado criterio y su corazón de madre, porque con una seña imperceptible y bondadosa me permitió alejarme del centro de atención que estaba in crescendo frente a las Dears, cada vez mas emocionadas. A una veintena de pasos del escenario se encontraba una amplia puerta de dos hojas que separaba el salón de una solitaria antesala que conectaba con los baños, la cocina y la secretaría. Desde allí fui testigo de un hecho que intentaré relatar, cuan humanamente me sea posible.

 

¿Quién no ha visto canales dedicados a la exploración de la ciencia y la naturaleza como el “National Geographic”? En algún momento, es probable que todos, ¿verdad? Entonces no les resultará difícil asociar los simbolismos. Zonas distanciadas en mi mente, entrelazaron conceptos observados con anterioridad en documentales informativos sobre todo tipo de danzas costumbristas, (folclóricas, rituales, etc.) que nos acercan a regiones con distintos niveles de civilización.

Pues bien...

El hecho que sonara “Screaming” a todo volumen, funcionó como un pistoletazo de inicio y las Dears se volcaron a la carrera para ocupar el hall central y convertirlo en pista bailable. En ese momento, aquella sensación de ingresar a un mundo cálido me derritió las pupilas, preocupado me alejé unos pasos porque pensé que el piso se había electrificado y el cuerpo de las Dears era recorrido por una descarga letal, y por fortuna, aunque lo pareciera, no era cierto. Si “Nat Geo” pretende sorprendernos con coreografías tribales, es porque nunca ha asistido a una celebración Dear, lo garantizo. Sin embargo es justo decir que las chicas compensaban con un entusiasmo admirable, la insólita cadencia de sus meneos. De haberse presentado aquella tarde, tanto el rigor científico como la lógica del movimiento hubieran tenido que dar un paso al costado al igual que hice yo, y oculto en el bullicio busqué refugio en una mesa cuyos integrantes pertenecían a la zona oeste del gran Buenos Aires y que supuse de características sosegadas (como las mías), pues no participaron del contoneo popular.


Otra suposición errónea.

Saludé a las allí reunidas, y sin percatarme de ello, una joven Dear sentada a mi izquierda me abordó sigilosa como un agente de operaciones encubiertas, y con un brillo febril en los ojos preguntó:

_ Por casualidad, ¿no tendrás un sacacorchos?...

 

Debo retroceder una hora en el tiempo para ubicarnos en la cocina.

De aquí en adelante, me propondré utilizar cuantos paréntesis sean necesarios para reforzar las ideas.

Amén de los pasteles, docenas de empanadas, cientos de pastelitos, pilas de pasta frolas y montones de sándwich de miga, bizcochos de grasa y pizzetas (entre otros), las Dears también arribaron con todo tipo de bebidas, y algunas de ellas, exhibían la carga de una inquietante graduación alcohólica.

Me refiero a las bebidas...

En ese ínterin, se presentó una Dear (la joven preocupada por el sacacorchos) a quien llamaremos “Merlo”, con un bolso minúsculo de donde emergieron botellas de vino... ¡imposibles de caber en él! (me recordaba al mágico bolso de “Mary Poppins”).

Allí se produjo la génesis de su interrogante...

Luego, la señora a cargo de la secretaría, (muy amable) me proveería el utensilio tan buscado. Pero no nos adelantemos, aun quedan platillos para referir.

¿Les hablé de “Perú”?

Ésta Dear, instalada hace muchos años en la Argentina, nació en el país hermano, y colaboró con una gran cantidad de sándwich (en apariencia de pollo y deliciosos, aunque no llegué a probar ninguno) ordenados en perfecta armonía. Si mal no recuerdo, (y amárrese con toda el alma de donde pueda) la cantidad ascendía a 7854 en total.

Si. Leyó bien.

7854 emparedados elaborados con mucho amor, y sin lugar a dudas, con largos días de paciencia (incluidas sus noches). Además con su simpatía, me brindó un auxilio que nunca llegó a sospechar, en un momento que sudé acorralado entre un gran número de botellas de contenido efervescente. Cierto es que esa tarde me ejercité a su vez con la gigantesca pava que hervía eternamente sobre la cocina, (la cual no pesaría menos de 20 ó 30 kilos) y con la que llené termos y tazas por doquier. De esa manera, descartaría en los días venideros, los ejercicios de bíceps de mi rutina de entrenamiento.

Pero volvamos al salón.

 

Superada la extravagante “danza Dear”, se originaron mini juegos, que Paola anunciaba a pleno pulmón, y que otorgaban premios “consuelo” a sus ganadoras. En la ambición de superar a sus contrincantes (y en persecución de su objetivo) me pareció ver puñetazos lanzados con disimulo para pasar inadvertidos; pero no puedo asegurarlo.



Las pausas entre cada pasatiempo se aprovechaban para degustar cada platillo presente (recuerden que eran muchos) en las mesas dispuestas de izquierda a derecha. Cada bando recibió una denominación alegórica: unas eran “Diko” y las otras “Kanatuly”, para simular una sana rivalidad entre ambas. Observé alegre, que se regalaban sonrisas de camaradería de una costa a la otra.


¡Que inocente es mi esencia! No sospeché entonces las intenciones que escondían ni como darían rienda suelta al antagonismo que alimentaron. (¡De forma literal!)

¡Que soberbio apetito demostraron las Dears! Una me confesó al borde del llanto, (llamémosla “San Miguel”) que en los tres días previos le fue imposible ingerir alimento alguno a causa de los nervios y la expectativa. O creo que eso me dijo, porque me hablaba con la boca llena (lo que dificultaba la traducción) de vaya a saber que misterioso bocadillo, en tanto que en una mano sostenía una empanada de carne picante y en la otra una porción de tarta con una cantidad de dulce de leche suficiente para volarle a cualquiera los niveles de azúcar por los aires. Platos en todas las mesas con delicias dulces y saladas desaparecían ante mis ojos a la velocidad de un parpadeo y eran suplantados por otros, desbordados con un cargamento igual de tentador. Era esa epopeya del saboreo un intimo preparativo de cara al concurso (o contienda) final, en donde el aguerrido temple Dear, recordado por las fans de Arashi, saldría a escena con un espíritu robustecido. (Y de paso con el cuerpo también.)

Pero antes… la danza hizo una nueva aparición.

 

En esta oportunidad, dos danzas típicas fueron ejecutadas con excelencia.

Primero, Vilma nos deleitó con una cueca chilena de bellísima factura. La vimos dar vueltas y vueltas con un absoluto garbo natural, y especulé asombrado en cuanto a los ensayos realizados para lucirse de esa forma.

Otra especulación errada.

Vilma era una bailarina experimentada, lo que en realidad ocurría era que con tantos giros precalentaba para presentar batalla por el “gran premio”.

Luego, las chicas de la zona norte del gran Buenos Aires nos regalaron un espectáculo de patriotismo y belleza al bailar una chacarera (“La Yapa”) acompañadas por la propia Paola.

¡Cuanto talento demostró esa mujer! En los segmentos de giros y vueltas parecía flotar a varios centímetros del suelo, no por lo alto de sus zapatillas, sino por la armonía de sus movimientos que recordaban a Ginger Rogers, o porque no, a Fred Astaire. (¡O a ambos!)

Pero lo sobrehumano llegó al momento del zapateo.

Repiqueteaban sus tacos tan veloces sobre el piso como el aleteo de un colibrí, de manera que sus zapatones levantaban chispas en todas las direcciones y con mi ánimo turbado ante semejante despliegue no supe si llorar de risa o de emoción. Cuando los aplausos de las Dears se apagaron, se encendió un sonido que presagió la debacle: el del brindis…

 

Puedo diseccionar el desenlace en cuatro etapas: sorteo, torta, brindis y… cataclismo.

Sorteo: El azar decidió qué premios acompañarían a las Dears de regreso a sus hogares, mediante una suerte de lotería que Paola voceaba (cual niña cantora) feliz frente a las participantes. Entre perdedoras y ganadoras se generó una discrepancia que ya no pudo fingirse entre las chicas de “Diko” y las de “Kanatuly”; muestra de ello fueron las miradas de reproche, las conversaciones por lo bajo y las señales de amenaza.

Torta: No participé del corte, ni la distribución (¡ni siquiera los probé!) de los pasteles tan bellamente decorados con imágenes de Dimash. Fui repelido como una mosca en el único momento que pretendí acercarme a ellos, y ahora narraré los hechos.



Brindis: Es difícil ubicar al brindis en espacio-tiempo, porque se realizaron antes, durante y luego de la fase que hemos denominado “Torta”. Mas de una botella pasó por mis manos (perdí la cuenta) para ser abierta, tan así que a pesar que no bebo (esto es estrictamente cierto) aprecié una ligera embriaguez en mi intelecto.

¿Recuerdan a Perú y esa ayuda que me brindó? Bien.

Dicha Dear, (llevada a los límites de la diversión) es dueña de una risa que puede hacer saltar la térmica de un hogar, y eso ocurrió con docenas de botellas que se descorcharon de forma espontánea con la onda expansiva de sus carcajadas. ¡El cielo que ilumina mis días, proteja a esa caritativa mujer! Algo mareado por la faena y las burbujas que brotaron de cada envase, me acerqué a servirme una porción de las tortas presentes en el agasajo.

Noté que habían sido cortadas de manera que el rostro de Dimash (el que estaba en los pasteles) no sufriera amputaciones ni se mancillara su belleza. Cuchillo y plato en mano, (y dispuesto a cercenarle la oreja derecha) me detuve a tiempo para evitarme un destino espeluznante: tres Dears apostadas en la mesa de los dulces, me miraban con la seriedad y las intenciones de un pelotón de fusilamiento.

Dejé los utensilios y me retiré hacia el elevado escenario para descansar sobre su superficie de madera.

Nunca lo logré.

Escuché un “plop” a la distancia y después de un impacto en mi cabeza, la nada absoluta…

 

Me costó recuperar el sentido luego de ser abandonado a mi suerte a un costado del escenario en una posición que manifestaba lo derruido de mi condición y encarnaba la caída definitiva del cumpleaños. Me incorporé para quedar sentado y me encontré con el corcho ladino que atentara contra mi persona, de seguro que ese diminuto kamikaze abandonó el pico de una botella (a medio destapar) inclinada dentro de un balde con hielo, quizá por una risa extrema, o un aplauso desmedido, o por el remate de “Across Endless Dimensions”.

Quien sabe...

La imagen frente a mí tenia las oscuras características de un cuadro de El Bosco, una gresca belicosa se había desatado entre las Dears que luchaban por los premios que, o bien fueron obtenidos por otras o que sencillamente no se hallaban entre los objetos subastados y tenían la única intención de engalanar el sitio con artículos de Dimash (como algunos bocetos de Susana Farroni, por ejemplo). El instinto de supervivencia me recomendó huir cuan pronto pudiera, para ello me posicioné al ras del suelo y me dirigí hacia la silla (ubicada a pocos metros del escenario) en donde se encontraban mis pertenencias. Llegué cuerpo a tierra y tomé mi campera, mi morral y unos libros de lujosa confección que se me obsequiaron en una pequeña (e inmerecida) distinción que tuvo lugar por la tarde y que agradecí al público sonrojado y entre tartamudeos. ¡Que vergonzosos son mis modales!

(Mucho después, sentado frente a la chimenea en mi casa, con una taza de café preparada por mi mujer para recuperarme del frío y la lluvia, me percaté que los títulos de los tres libros eran:

 

¡Aprenda a Escribir de Una Buena Vez!

(Consejos para quienes ultrajan la escritura)

 

Si Usted se Considera Escritor... ¡Yo soy Kim Kardashian!

(Una dosis de realidad a quemarropa)

 

Refine Urgente sus Manuscritos

(O abandone sin demora la pluma, el lápiz y el teclado)

 

Con lo cual pensé que es probable que la junta directiva de La Era Dimash, quiera decirme algo...)

 


Con mi morral asegurado repté en dirección a la salida por debajo de las sillas para evitar dentro de lo posible la disputa a mis alrededores. De milagro pude rescatar a tiempo una canasta que se despeñaba al vacío cargada con simpáticas estatuillas, que en un momento confundí con los premios “Gardel” pero que luego descubrí se trataban de alegorías a Dimash enfundado en su atuendo “Fly Away”, las empujé a salvo a un costado y avancé. Al cruzar de un sector de las mesas al otro quedé expuesto unos segundos que casi logran lo que no pudo el corcho de “gatillo fácil”: vi impactar un objeto contundente a pocos centímetros por lo que mis codos y rodillas redoblaron el esfuerzo en pos del éxodo. Creo que lo que casi me golpea era un andador o dos bastones entrelazados, pero no me detuve a corroborarlo. En mi huida y sin la protección de las mesas, por poco fui pisoteado por un grupo de Dears que tironeaban de un mullido almohadón con una imagen impresa de Dimash; tuve suerte y me salvé por los pelos de un calvo. Sin aminorar la prisa, no me sorprendió comprobar que Merlo, Moreno y compañía no participaran de la trifulca, ya que parapetadas en sus asientos, optaron brindar por el pasado, el presente y el futuro de Dimash, el de su familia, amigos, vecinos, etc. Me obligué a serpentear por un costado y rodearlas bien pegado a la pared, para quedar en pocos momentos ante la puerta de salida.

Me erguí con cuidado para no llamar la atención y cuando estuve dispuesto a saltar al exterior me encontré con la foto de un muchacho apuesto y alto, escalada a tamaño real, que parecía querer escabullirse conmigo.

Primero lo ignoré y apresé el picaporte para salir, pero me arrepentí. Volví sobre mis pasos, lo miré a los ojos, le palmeé la mejilla y le dije: “¡ahora o nunca, flaco!” tomé la gigantografía de Dimash, lo cargué sobre mis espaldas a horcajadas, como si transportara a una chica en una escena de un “dorama” coreano, y huimos en la noche.

 

Al percatarse, las Dears salieron a darme caza, pero jamás lograron alcanzarme a pesar de que portaba un peso extra. Me había comprometido poner a salvo a Dimash y cumpliría mi palabra. Lo único que escuché a la distancia, fue un coro desaforado de mujeres que cantaba:

 

¡Que los cumplas, Dima-ash!

¡Que los cumplas feliz!

 

 

**********

 

A decir verdad, me divertí muchísimo. Y creo que muchas se divirtieron conmigo.

Se esconden unas cuantas verdades en el texto, muchas son exageradas, ridículas, y el resto es pura ficción, por el solo hecho de prolongar el humor que se vivió ese día.

Agradezco a Paola el haberme invitado para formar parte de la experiencia y espero que se repita. Aprovecho para nombrar a “Mar del Plata”, a “Córdoba”, a “Olivos”, a “Montevideo” y tantas otras que no incluí porque si no la columna hubiese sido aun mas extensa. Gracias a todas por la buena onda y por haber asistido.

 


Sin más, me despido como siempre: ¡abrazo Dear a la distancia y nos leemos en la próxima!

jueves, 24 de marzo de 2022

EN LA BÚSQUEDA DE UN NUEVO CONCEPTO (Segunda parte) - Por Carmen Sandoval y Carlos Rivadeneira.

 


Continuemos entonces con una segunda entrega para acercarnos a ese “nuevo concepto”.


En la primera parte desarrollamos dos cuestiones que bien podrían ajustarse al paradigma que resulta Dimash: su talento y la similitud con las aptitudes de grandes artistas de un pasado no muy lejano; y su belleza, la cual no se acota con exclusividad a un simple estudio superficial.

Para llegar a una conclusión y de acuerdo a lo hablado con Carmen Sandoval (la autora intelectual de esta columna), intentaré primero adentrarme en una materia que considero de vital importancia dentro de un espíritu influyente: su línea de pensamiento.

 

 

Pienso, luego Existo

 

Sin entrar en tecnicismos demasiado complejos ni enumerarlo en sus diversas categorías, podemos referirnos al pensamiento como un cúmulo de procesos mentales, que a su vez son un esquema de reflexiones que interactúan entre si (recuerdos, ideas, etc.). Conviene aclarar que los pensamientos no están desapegados de las emociones y por tal en la creación de los mismos, se convive con el sentimiento individual.

Ahora, y en correspondencia a dicha apreciación: ¿en que podría derivar el análisis propio de un influencer al trasladarse hacia el razonamiento colectivo?

Si observamos, existe una infinidad de personas de amplio acceso a las multitudes que comunican a través de las redes sociales su preocupación en asuntos relacionados a la política, la religión e incluso lo ideológico, ocasionando divisiones irremediables entre quienes coinciden en tales discusiones y sus detractores. Por otro lado y por citar un ejemplo, la labor critica que realizan especialistas, acreditados o no, en el análisis de los derivados del arte en el terreno de lo visual, digamos cine, televisión o servicios de streaming, también generan polémicas que surgen, no sólo estrictamente en base a gustos y preferencias, sino además porque en la actualidad pareciera entreverse una “politización” en las películas y las series con lo cual se fragmentan las opiniones, y quizás, resulte aun mas difícil coincidir. A su vez podemos incluir a youtubers que tienen gran notoriedad en inmensas cantidades de niños y jóvenes de manera que producen en ellos una simpatía coincidente en tendencias de moda.

Pues bien, en este punto utilicemos momentáneamente un concepto psicológico.

Profesionales de la neuropsicología diferencian el “coincidir” con alguien, de una razón más profunda, que es... “conectar” con alguien.

Aquí es donde aparece Dimash.

Como figura mediática (que lo es), Dimash logra conectar con su público al transgredir diversas barreras entre las que se encuentran los de la música y la apariencia. Aclaro que para experimentar ese tipo de unión, debiera existir algún nivel de proximidad: conocer una persona en la calle o en un trabajo, o cuando menos mantener un diálogo en cualquier variante posible, dígase whatsapp, chat o zoom, y es ahí donde radicaría el proceso vinculante.

Sin embargo, la comunidad Dear pareciera no precisar de ello.

Al exteriorizar su pensamiento (o por lo menos parte de él), Dimash expresa valores y utiliza palabras de forma tan natural, carismática y apasionada, en especial por su juventud, que resuenan en el interior del oyente y encienden esa conexión. Así entonces, al descubrir a Dimash, el nuevo Dear se sorprende con su voz, se impresiona con su talento y al progresar en ese hallazgo hacia la idiosincrasia de dicho fenómeno, encuentra un reflejo de su propia integridad, representada en ese joven cantante. Se produce una comunión equivalente que supera las expectativas originales de deleitarse con una voz excepcional y deja lugar a una afinidad, reservada a encuentros prodigiosos en la vida.

 

En definitiva, pueden generarse diferencias en cuanto a las “coincidencias” que giran en torno a Dimash, de hecho el fandom en ocasiones se divide en opiniones que son válidas de acuerdo a ciertos puntos de vista, pero esa “conexión”, creo sin temor a equivocarme, puede estar presente en los corazones y el intelecto de cada entusiasta admirador.

Y no digo que sea una condición exclusiva de Dimash, pero ese tipo de influencia debe distarlo de una gran cantidad de personalidades influyentes en los medios.

 

Sobra decir que, como me es imposible tener una noción precisa de lo que piensa Dimash, elaboro estas conjeturas de acuerdo a lo que se de él, valiéndome de algunos conocimientos básicos de índole psicológico. Sería interesante una ampliación, a cargo de un profesional, de los efectos de la psicología de conexión dentro de la comunidad Dear.

 

 

Dears para Dears

                                                                         

¿Recuerdan la definición que aplicamos en la primera parte para ilustrar a un influencer?

“...tales personas son quienes poseen credibilidad y representación en las diferentes redes sociales...”. De ahí en más iniciamos la columna, en un intento de dilucidar las distintas acciones y los resultados que obtienen esas personalidades.

En un orden similar, Dimash ha provocado en un sector de sus seguidores una serie de inquietudes que los motivan a expresar su admiración y crear dentro del fandom y en cada red social disponible, lo que podríamos llamar “vehículos de divulgación”.

Entonces... ¿se puede intuir una reproducción de los mecanismos influencers dentro de la comunidad Dear? ¿O se trata de una variante de ellos?

Trataré de expresar lo siguiente en términos objetivos.

De las pretensiones de un influencer se pueden deducir algunas metas que son absolutamente legítimas y que se encadenan con la evolución de su labor; entre ellas la necesidad de comulgar junto a otros en un mismo interés, lo imperioso de ganar popularidad para prosperar en el reconocimiento (en algunos casos además para alimentar el ego) y como consecuencia, la posibilidad lisa y llana de incrementar sus activos.

O ganar dinero, como lo prefieran.

Por experiencia personal, debo decir que sólo la primera de las tres condiciones, se cumple. Comprobé en forma directa desde la colaboración en privado, el compromiso desinteresado de mujeres que conforman diversos grupos y aporté algunos escritos para proyectos varios, que me presentaron basados en el cariño y la admiración, alejados de intenciones ego centristas.   

Ahora, ¿podría asegurar que cada “vocero” de las acciones de Dimash es funcional a dicha máxima? ¿O puede que alguno eche mano a las otras dos estrategias?

Sencillamente no lo se, mi aproximación a la intimidad de los Dears notorios, es limitada. Desconozco a la mayoría de los administradores de los canales de divulgación Dear, ya sea en Youtube, Twitter o Facebook, pero creo que en la mayoría de los casos debe impulsarlos un idéntico sentimiento de abnegación y afecto, ya que lo contrario presupone una superposición de intereses que desplazarían a Dimash del eje protagónico.

Si tenemos en consideración la importancia de la conectividad mencionada en el punto anterior, de manera espontánea deberían afectar esos valores reconocidos en Dimash, en función de un paralelismo de las propias intenciones. Si se encuentra en la humildad, la simpleza y la sencillez de él un espejo, ¿no debiera aplicarse tal reciprocidad en pos de propagar su obra?...

Y el rol fundamental para la concepción de un circuito eficiente de estos “canales” de divulgación, recae en el público.

El “subscriptor” Dear posee una condición admirable: su autenticidad. Es apasionado, expresivo y anhelante de nuevas publicaciones dedicadas a su artista favorito; y aunque a veces su vehemencia lo traicione, no pierde oportunidad de enfocar su admiración y orientarla hacia un semejante y desinteresado propósito: difundir todo lo concerniente a Dimash.   

Estaríamos frente a diligencias que dejan en claro una marcada distancia respecto de algunos métodos influencer y que se sustenta mutuamente (entre el Dear que crea un contenido y aquellos que lo visualizan y lo comparten) en una tarea donde se destaca el amor y el compromiso, logrando al fin y al cabo, que el centro de atención recaiga en Dimash y no en protagonistas circunstanciales.

Cabe aclarar que se han realizado de forma aficionada composiciones, poesías, canciones, ilustraciones y coreografías, como así también transmisiones, charlas y debates que, en cada caso, orbitan en torno a la figura de Dimash y son ejemplo de sanas intenciones de difusión.

 

Con la irrupción de Dimash en la periferia artística, y debido a su naturaleza, se aproximaron costumbres nobles a situaciones convencionales que ocurren a diario en las diferentes redes, y el ánimo de miles de personas en el mundo cobró el impulso necesario para expresarse de manera que los valores tradicionales, algo olvidados, se revaliden mediante la admiración y el afecto generados por un cantante. Intuyo un tipo de influencia, que parte de Dimash, se replica en la comunidad Dear y se abre camino en las formas de comunicación actuales.

      

                                                                                 

Conclusión

 

Podríamos arribar a un desenlace con múltiples resultados.

¿Es Dimash un influencer? Pues... creo que no.

Porque a pesar de que posee particularidades que lo situarían dentro de tal definición, (recordemos: personalidad verosímil que llega a multitudes, apariencia física favorable, etc.) también demuestra variables que lo distancian de lo estrictamente “influencer”.

Es diferente, plantea otras posibilidades sin tener la pretensión de que esto signifique un perfeccionamiento en los estilos de difusión, y aunque muchos no logren comprenderlo, es algo que se ha dado de manera... natural.

¿Se puede definir a Dimash con una única palabra que represente su influencia?

En realidad no... Porque pueden ser varias.

No obstante que la gran mayoría de Dears reaccionan en un principio frente a la cualidad más notoria de Dimash, la cual es su voz, luego se presentan otras que refuerzan ese magnetismo originario y alinea las vivencias e inclinaciones de cada oyente en paralelo a las loables pautas que el joven kazajo demuestra de pie sobre el escenario y que se han desarrollado tras muchos años para depositarlo en dichas circunstancias.

Si me preguntan, puedo asegurarles que soy un profundo admirador del talento de Dimash. Pero su voz, su estilo, incluso las bellas canciones que ejecuta en su exquisito registro vocal, no son producto de la casualidad ni de un giro afortunado, sino de una característica suya digna de imitar: el sacrificio.

Independientemente del don que lo acompaña, Dimash es constante en manifestar un compromiso hacia su carrera; desde la infancia que se consagra al aprendizaje y la formación relacionada a la música y el canto, es considerable el arduo trabajo que realiza para brindar nuevas y pulidas obras, hace de la responsabilidad y la dedicación unas materias de edificación diaria, y dentro de esos parámetros transmite un mensaje que es claro y comprobable: nada se logra sin esfuerzo.

Y es en ese aspecto donde su influencia resuena en mi interior.

Sería difícil reducir a una sola palabra la experiencia multitudinaria y dinámica acaecida en el sentimiento Dear, corresponde al lector ubicar a este prodigio dentro de un “nuevo concepto” e identificar esa cualidad que refleja a Dimash en la valoración representativa de cada uno.

 

 

Sin más para agregar, agradezco inmensamente a Carmen Sandoval el haberme ofrecido este proyecto, y espero que lo escrito esté a la altura de las expectativas.

Como siempre, gracias a ustedes por estar del otro lado y los esperamos en una próxima columna.

¡Saludos Dears!

viernes, 21 de enero de 2022

Amena Conversación con Dimash (Y advertencias pertinentes) Por Carlos Rivadeneira. Ilustración: Donbuggy2011

 


¡Pero que gusto Dimash! Es un verdadero honor conocerte, que maravilla poder platicar contigo.

Mi nombre es Carlos Rivadeneira ¡y no sabes la cantidad de Dears que desearían estar en mi lugar!, aquí frente a ti en este agradable ambiente, con esas flores que decoran esta mesa, con estos placenteros sillones y esa impactante vista panorámica de la ciudad que vemos por la ventana, ¡lo que darían las Dears por estar en mi lugar!

Bueno... no se lo que darían por estar, pero me imagino que ocurriría si estuviesen...

¿Acaso viste la película “Twister”? ¿No?, bien, que me dices de “El Día Después de Mañana”, ¿tampoco?, okay. ¿Te suena el filme “Infierno en la Torre?, hmmm, parece que no... Pero si sabes lo que es un terremoto o una estampida ¿verdad? ¡Bien! Pues eso. Imagínate un terremoto que viene corriendo hacia ti, sin molestarse en derribar edificios, resquebrajar las calles o sembrar el caos, ¡no señor!, un sismo que solo tiene por objetivo llegar hasta tus brazos, eso serian 20 o 30 Dears ingresando por esa puerta.

¿Las flores? Volando por los aires junto con el agua, los jarrones que las contienen y la bonita mesa, ¡por primera vez no tendrás que preocuparte por acarrear las flores! ¡JaJa!

¿Los sillones? No van a ser un obstáculo infranqueable, y espero que el grueso de los cristales resista y no estalle con el griterío descontrolado...

¡JaJaJa! ¡Que buena broma! ¿Verdad?

No. No es broma.

Pero... ¡no nos apresuremos! (no quiero ponerte nervioso antes de tiempo...) ¡toma asiento por favor!

 

¿Te sientes cómodo? ¡Perfecto! Veamos... ¿es tu primera vez en Sudamérica, verdad? (y espero que no sea la última...) ¿cómo? ¡Nada, solo pensaba en voz alta!

Como es probable que no visites todos los países de nuestro continente, las Dears han ideado un plan de proporciones bíblicas: éxodos migratorios...

Por tu cara de sorpresa intuyo que no sabías nada, deja que te ponga al tanto.

Las Dears que no puedan verte en su propia tierra se trasladarán a países vecinos en donde si actúes, y las que tengan la posibilidad, viajarán después de verte en su país hacia otro en donde vuelvas a actuar y así sucesivamente.

Ya que existen fuertes lazos en la “comunidad Dear” sudamericana, se transmiten ocurrentes conversaciones en los grupos de whatsapp y/o Facebook (soy testigo... ¡los he leído Dimash!) con el propósito de establecer asentamientos en distintos hogares de toda América.

¿Cómo harán para hospedarse? ¡Simple! Las Dears ya están con los preparativos necesarios para recibir a sus compañeras del extranjero ¡ninguna morada será pequeña! Si es que existen maridos, hijos, abuelos y mascotas, ya se les va adiestrando física y mentalmente para que duerman apilados en un mismo cuarto ¡y listo! De hecho, como el traslado puede resultar costoso, varias se han dedicado a entrenarse en disciplinas olímpicas (¡Ogni Pietra!) como la maratón, el remo y la natación, para dirigirse a la “casa Dear” que están destinadas ya sea mediante caminatas presurosas, en dudosos botes de remo o en el caso de las mas temerarias, a nado. Con tu visita, podría ocurrir que en las próximas olimpiadas, Sudamérica coseche varias medallas ¡gracias Dimash!

¿Qué te resulto divertido? ¡JaJa! ¿Verdad que si?

Pero no. No bromeo... en fin... ¿te apetece un vaso con agua? (quizás necesites un trago mas fuerte...) ¡Prepárate para lo mejor!

 

El publico latino se destaca por su... como lo diría... ¡efervescencia! En ocasiones las cosas... en fin... se salen un poco de las reacciones convencionales que los espectadores demuestran en otras partes del mundo...

Y no se si estás preparado como para exponerte a... digamos... el calor de los latinos. ¿Si tendrías que preocuparte por esto? ¡Bajo ningún modo! La Dear en ésta región es cariñosa y demostrativa, ¡son amor puro efusivo!... ¡tanto como el abrazo de una boa constrictora! ¡JaJa! ¡Pero tranquilo! Se te ve saludable y que has ganado algo de masa muscular (¡puede salvarte el pellejo!) Pero se me ocurre una sugerencia: eres reconocido como un hombre de grandes virtudes morales y éticas, lo que se dice un verdadero caballero, entonces... ¡porque no utilizar una armadura completa de caballero andante! Yelmo, coraza, cota de malla, botas, guanteletes, porque no un escudo... como te decía, ¡un verdadero caballero!

¿Suena exagerado, cierto? ¡Ja!

La verdad es que no…

Así que... pero... te ves algo pálido, digo... ¡más que de costumbre! ¿Te sientes bien? ¿Seguro? Perfecto, escucha lo siguiente.

 

Te he comentado que una misma Dear que llore, ría, patalee, cante, vuele al cielo de júbilo o se desmaye a tierra de emoción en una región, puede aparecer en otra. O en varias, ¡te perseguirán como apariciones fantasmales!

Lo que ha de ocurrir es que las Dears sigan algunos patrones de expresión y en ese momento las puedas catalogar. Puedes encontrar, por citar un ejemplo, a la “merchandising viviente” que tiene remera, chaqueta, bufanda, medias, bandana, gorra, pañuelo, banderín, bandera, barbijo y debajo de él incluso bráquets dentales con tu imagen.

Pero el orgullo de Sudamérica es la “Dear Velocista”.      

Nuestras mujeres son tan hábiles que, sin perder belleza ni gracia, pueden preparar el desayuno, despedir al marido hacia el trabajo y a los niños hacia el colegio, dedicarse a sus quehaceres domésticos, trabajar en sus profesiones, estudiar, compartir, dar like, chatear y votar por ti, todo a un mismo tiempo.

Si. Escuchaste bien, todo a un mismo tiempo...

No resultaría extraño ver a alguna de ellas corriendo como un cheetah por la pista de aterrizaje mientras el avión que te regresa a Kazajstán intenta despegar, ¡que digo!, alguna hasta puede saltar en plena carrera y aferrarse de las alas al grito de: ¡NO NOS DEJES MI PRÍNCIPE!

¿Qué me dices Dimash? ¡Tu propia película de acción! ¡JAJA!

 

La comida típica de cada país es una delicia y hazte a la idea de aumentar de peso (¡y mucho!). Tu figura de Bastau quedará como un recuerdo borroso, por ello te recomiendo que traigas ropas holgadas. En este punto me veo en la obligación de hacerte una advertencia, se que te agradan las frutas pero... ¿qué ocurre? ¿¡Ya te retiras!? Me parece verte preocupado, ¿será por tu peinado? ¡Para mi está perfecto! Además aquí no hay cámaras... solo dame un momento... espera Dimash ¡no corras! ¡¡Dimash escucha esto!! Hagas lo que hagas, cuando estés frente a las Dears, ¡MANTENTE ALEJADO DE LAS PERAS!