¿Qué significa ser un “influencer”?
Una rápida
investigación a través de Internet podría dar como resultado que tales personas
son quienes poseen credibilidad y representación en las diferentes redes
sociales, y como resultado de dichos criterios, entre cientos y millones de
“seguidores” pueden tener acceso al contenido que propone cada celebridad, las
cuales pueden pertenecer a esferas relacionadas a la política, el periodismo o
las distintas ramas del arte. Claro que también encontramos a otros que de
acuerdo a los conocimientos que engloban dentro de una materia específica,
(supongamos, el cine) expresan sus ideas a manera de “comunicadores”. Lo cierto
es que en cualquiera de los ejemplos mencionados existe una suerte de variables
que pueden afectar de forma positiva o negativa a los espectadores, lectores,
oyentes, admiradores, etc. de cada figura en cuestión y que esa relación entre
emisor y receptor puede derivar en una influencia directa en la toma de
decisiones y el comportamiento de un sector de la sociedad.
El poder
que residía anteriormente en los grandes medios de comunicación ha encontrado
en los micrófonos, los textos, las imágenes, los videos y las palabras de la
generación actual nuevos exponentes que plantean formatos, perspectivas y
puntos de vista que inundan las redes y transmiten un mensaje que puede ser
bueno o… quizás no tanto.
Sin
embargo... ¿Qué ocurre cuando una persona irrumpe en el medio y manifiesta una
serie de características que parecían olvidadas? De hecho, ¿cómo podríamos
definir a la “influencia” que genera esa misma persona al retrotraer valores y
costumbres que exaltan la condición más lúcida del espíritu humano y se
prolonga como un reflejo a otros alrededor del mundo?
¿Que
definición se ajustaría a lo que provocó Dimash en quienes lo admiran?
La
sugerencia de esta columna nace de una inquietud que, Carmen Sandoval desde
Chile, me plantea de la siguiente manera:
“Si tenemos influencers que mediante su propuesta y popularidad llegan a
un gran número de seguidores y producen diversos resultados, ¿existe la
posibilidad de referirnos a Dimash en un término similar? O en todo caso, ¿se
podría crear uno nuevo que simbolice su actividad?
Ante todo,
conviene hacer una aclaración, no es intención de Carmen ni mía el comparar a
Dimash con un influencer sino ilustrar, en base a ciertos paralelismos y
diferencias, un concepto que se aproxime a su naturaleza y acciones.
Entonces,
veamos...
Un Nuevo Mundo
Partamos de
una afirmación propia: el mundo como lo conocíamos ya no existe.
Aquello que
marcaba el ritmo de los intereses y la idiosincrasia para quienes hemos
superado la barrera de los cuarenta, sencillamente ha desaparecido.
El ingenio,
el intelecto y la maduración se desarrollaban con pasatiempos bien diferentes
de los establecidos en la actualidad. No había celulares, Internet estaba en
pañales, las consolas de videojuegos eran costosas e infrecuentes, como también
eran escasas las computadoras de escritorio y reservadas al ámbito laboral, no
al hogareño. La televisión por cable y las primeras video caseteras eran otro
lujo extra, las comunicaciones se limitaban a llamadas a través de un teléfono
fijo, (considerado por muchos, hoy en día, como un aparato obsoleto) o en su
defecto y de acuerdo a las distancias, mediante cartas escritas a puño y letra.
No podíamos
relacionarnos en redes sociales que aun no se habían creado.
Los canales
para el entretenimiento masivo eran propiedad de las emisoras locales porque
faltaban muchos años para que apareciese un servicio de streaming que se
llamaría Youtube, la música sonaba en un radio grabador o en un toca disco y no
en Spotify, las fotos se alojaban en un álbum con folios transparentes o en una
caja de zapatos, y no en Instagram ni en Facebook.
No Like. No
Kwai. No Tik Tok.
Para los
niños y preadolescentes esto parece ciencia ficción, pero no lo fue…
Lo cierto
es que las emociones, sus derivados y la interacción con nuestro entorno
(amigos, familiares, seres queridos, etc.) se transmitían en persona. Las
limitaciones de aquel momento proponían en los distintos niveles de la
cotidianeidad activar mecánicas que nos aproximaran para relacionarnos.
Asimismo,
el arte desarrollaba sus talentos mediante atributos que acercasen, en un mismo
sentido y con argumentos similares, a sus intérpretes y el público.
Por
ejemplo, en muchos cantantes de la época hubo una imperiosa necesidad artística
de brindarlo todo de sí en cada presentación porque:
1- Los
estándares de calidad eran tan elevados en los diversos géneros musicales que
precisaban diferenciarse del resto y resaltar su estilo.
2-
Expresaban con sus voces un sello distintivo para que el oyente lograse de
inmediato identificarlos y conectar con su música (digamos que al escuchar a
Camilo Sesto o a Tom Jones, por citar algunos casos, no quedaban dudas de quien
se trataba).
3- A esa
variación de matices vocales distintivos le sumaban una excelente calidad
interpretativa para transmitir la sensibilidad de aquello que nos estaban
contando, enmarcada en composiciones que utilizaban recursos de una paleta
musical elaborada.
4- Los
conciertos en vivo tenían un valor importantísimo porque era una forma efectiva
y directa de fortalecer los lazos con los admiradores, recibir el amor de esa
multitud y retribuirles con un show a la altura de las expectativas que
generaban una larga espera por una gira internacional, ya que en ese entonces
no se podían ver sus recitales en ningún portal, ni descargar ese registro en
vivo y en formato mp3.
¿Podríamos
hacer una correlación entre Dimash y lo que acaban de leer?
Si.
En su
persona cohabitan una combinación de posibilidades pertenecientes al pasado y
al presente que, en parte, conformarían esa influencia que se origina
en el criterio de cada nuevo Dear. Al emplear de manera refinada esos elementos
que caracterizaron a las grandes voces de ese periodo musical genera una
conexión emocional que nos traslada a una época en donde la música y el canto
exponían cualidades prominentes.
1- A pesar
de que no necesita diferenciarse (el panorama de la música actual es un tanto…
mediocre) se esfuerza de forma constante para que su estilo sobresalga.
2- En un
medio en donde muchas voces suenan casi idénticas a otras y no plantean
originalidad, no hay ninguna manera de confundir su voz con la de otro
cantante.
3- Su nivel
interpretativo expresa infinidad de emociones que invitan al espectador a un
paseo emotivo por canciones que varían en formas y desafíos admirables en el
terreno de la composición.
Y llegamos
en un punto de interés
4- A pesar
de que dispone de una enorme cantidad de medios de divulgación para promover su
obra, cada concierto es una experiencia sensorial en extremo a causa del
despliegue incondicional que ofrece a su auditorio generando una comunión
recíproca de sensaciones.
Una declaración
de amor entre intérprete y espectador.
Dimash, en
su integridad artística, recrea la excelencia del pasado en un presente que
agradece sus propósitos y celebra su aparición en un tiempo en que el
espectáculo se vale, casi con exclusividad, de herramientas que poco tienen que
ver con la evolución del arte.
Antes de
pasar a una segunda cuestión, puntualizo una diferencia: no intento comparar la
extraordinaria voz de Dimash a la de otros magníficos cantantes del pasado; en
lo personal resultaría innecesario, artificial y excedería los límites de esta
columna. Sólo acentúo que él utiliza y realza elementos que otras leyendas del
canto aplicaron con maestría.
Las
Apariencias (no) Engañan
Si decimos
que Dimash nos aproxima a facetas de la música que han caído en desuso, para
generar una nueva forma de influencia, sería necesario además explicar de qué
manera se diferencia su exposición con respecto al resto de los artistas y cuán
importante es… su imagen.
La belleza
siempre ha formado parte del mundo del espectáculo.
Los hombres
y mujeres agraciadas de la historia ocuparon el imaginario colectivo de
generaciones enteras, de manera tal que muchas figuras trascendieron las
barreras del tiempo para perpetuar su imagen entre los modelos arquetípicos de
hermosura y sex appeal.
¿Es este
atributo un agraviante que desmerece al talento?
¡No! En lo
absoluto. Las capacidades no están desapegadas de lo hermoso.
No tienen por qué estarlo.
En
cualquier encuentro aleatorio frente a frente, el ariete de cualquier ser
humano es su aspecto físico porque sin decir ni una palabra puede crear
reacciones visibles que van desde lo químico hasta lo intelectual en quien lo
observa, y ésta gracia se traslada a niveles ampliados cuando el propósito es
nada menos que incentivar a la opinión pública.
Y que una
persona tenga la posibilidad de vivir de su imagen es tan comprensible y lícito
como los dividendos que genera en base a ese atractivo.
Ahora bien,
si esa predisposición está relacionada sólo al modelaje tiene fundamentos
consistentes: una preciosa modelo sonríe y presenta un producto de alto
impacto. Simple
¿Pero que
sucede con la actuación, la música y el entretenimiento televisivo?
El talento
debería prevalecer, o cuando menos, asemejar a la belleza expuesta porque de lo
contrario se disimularía en un envase impactante la pobreza de contenido, de
cualidades ya sean artísticas o humanas.
Y aquí
Dimash se diferencia por amplio margen...
No es
incongruente asegurar que Dimash posee una constitución favorecida, y si no
tuviese la altura, la elegancia, el cuerpo bien proporcionado y el rostro
armónico que lo definen no tendría una misma llegada al público, la cual (y de
acuerdo a lo detallado con anterioridad) es una legítima virtud puesta en
función del espectáculo.
Lo
absolutamente ridículo es creer que Dimash ES SÓLO ESO.
Una
afirmación inconsistente y ante todo grosera circula en torno a un sector de
las Dears y la definiré mediante eufemismos. Dice algo así como que: “Las Dears
no son más que un puñado de señoras adultas que experimentan ardores
a causa de un joven cantante”.
Inconsistente
porque, suponer que esos “ardores” son un monopolio exclusivo de las edades
mayores, constituye un error. Cualquier mujer joven puede sentir lo mismo por
su objeto de deseo, no hace falta llegar a una edad determinada para
experimentarlo. Una persona que opine en esos términos, además de ofensiva, se
somete a creer que todos los procesos de reacción frente a una figura
influyente son exactos e iguales a la normativa mediática.
Y eso es
porque desconocen que hay algo más…
En cierto
momento hubo un cambio que la comunidad Dear percibió con una leve
preocupación, esa percepción luego se materializó para mutar en un sentimiento
melancólico: Dimash delegaba el manejo de sus redes sociales a un tercero y en
los acostumbrados posteos de sus fotos cesaban las publicaciones caracterizadas
por su calidez…
Que sus
admiradores presintieran que detrás de esas fotos no se encontraban el
acercamiento y el carisma de Dimash, es un detalle... ¡asombroso! Y créanme que
la magnitud de ese hecho cobró en mí una dimensión absoluta al momento de
desarrollar las ideas para este texto. Por conocer y formar parte de otros
fandom me arriesgo a decir que se trata de una situación extraordinaria y cuasi
única que se hizo palpable en el sentimiento y la inquietud Dear, pero que
nació de las sinceras intenciones de Dimash.
Lo que
logra él es un tipo de influencia
superlativa que trasgrede las restricciones de tendencias preconcebidas,
(posteo una foto, incito tu imaginación y aguardo tus “me gusta”) porque el
propio artista se encarga de crear un vínculo inherente entre su imagen y su
identidad representativa para después transportarla a la sensibilidad del
admirador, de manera natural y espontánea.
Y si preguntan
mi opinión, es una cuestión fabulosa.
Se dice que
una imagen vale más que mil palabras, ¿pero que podría decirse de una que
provoca la necesidad de saber que, del otro lado, la esencia afectuosa del
protagonista, se encuentra latente?
Nos aproximamos
al final de la primera parte de esta “búsqueda”, pero antes me permito un
paréntesis para hablar con franqueza entre adultos.
Lo que
destaco en la sección de las “apariencias” no es en desmérito de que Dimash
resulte lindo, atractivo, sugerente o irresistible y despierte sensaciones a
diferentes niveles de entusiasmo en su público, lo cual no tiene nada de malo. Como
así tampoco que forme parte de fantasías románticas, de contextos de ensueño o
de terrenos más íntimos. Todo queda a cargo de vuestra imaginación.
Y es absolutamente normal.
En una próxima entrega intentaremos
aproximarnos a esa definición que se ajuste a lo que produce Dimash y para ello
analizaremos:
a) La línea de pensamiento de Dimash, su
estructura y la prolongación de sus ideales como vehículo de influencia dentro
del ánimo en las redes sociales
b) La proliferación de tendencias “influencer”
dentro de la propia comunidad Dear (y si es que pueden ser así consideradas) y
el protagonismo de Dimash y su naturaleza aplicada en dichas tendencias.
Gracias a Carmen por confiarme este proyecto y por
supuesto a ustedes por leernos.
Los esperamos en la conclusión de “En la
Búsqueda de un Nuevo concepto”.